La sanidad salmantina pasaría serias dificultades para absorber a los más de 11.000 mutualistas de Muface que reciben asistencia privada, en el caso de que la mutua de los funcionarios 'cerrara' a partir del 1 de enero.
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El Gobierno lleva meses negociando una subida de las primas con las aseguradoras que se encargan de atender a los mutualistas de Muface. «El problema es que las distancias entre lo que ofrece el Gobierno y lo que piden las aseguradoras son muy grandes. Puede que más del doble», apunta el presidente provincial de CSIF Salamanca, Federico Martín.
El sindicato más importante entre los funcionarios recalca que el germen de este conflicto radica en «un proceso de descapitalización de Muface por parte de los sucesivos gobiernos» y un cambio en el modelo de negocio de las aseguradoras. «Por un lado, el Gobierno no quiere poner dinero en Muface. Por otra parte, las aseguradoras, para las que los funcionarios siempre han sido garantía de existencia porque son muchos y garantizan el pago, ahora ya no ven tan rentable al funcionario debido a la situación económica de la clase media-alta, que ha optado por suscribir muchos seguros privados. Las aseguradoras ven más negocio en el paciente privado que en prestar un servicio público al mutualista. De hecho, es que ya ofrecen diferentes coberturas en beneficio del paciente privado», detalla Martín Mata.
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Antes de llegar a ese extremo, el Gobierno decretaría que todos pasen a ser absorbidos por el Sistema Nacional de Salud, pero ¿está capacitada la ya de por sí colapsada sanidad pública para incorporar a un millón y medio de familias usuarias de Muface?
En Salamanca hay 17.059 mutualistas de Muface, pero un total de 5.770 ya han ejercido su derecho a recibir asistencia sanitaria a través de Sacyl.
Aunque son funcionarios, han preferido tener la tarjeta sanitaria de Sacyl y ser atendidos en el Hospital de Salamanca y la red de centros de salud de la provincia. El resto, los 11.289 mutualistas que ahora reciben asistencia en clínicas privadas, son los que habría que absorber en caso de que Muface se derrumbe. «Al ser funcionarios, la mayoría de ellos viven en la ciudad o en el alfoz porque todos irían a los mismos centros de salud. Son además pacientes de una edad media-avanzada, que generan más frecuentación médica. Nosotros no creemos que los centros de la capital puedan absorber todo ese volumen de pacientes porque, además, muchos de los médicos que atienden en Muface son los mismos de Sacyl, pero trabajando por las tardes», valoran desde CSIF.
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