!['La rueda': así es el 'blablacar' de los docentes para ahorrar gasolina](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2024/01/09/WhatsApp%20Image%202024-01-09%20at%2014.06.13-R09rM4CanocQCODyrenLZsI-1200x840@Gaceta%20Salamanca.jpeg)
!['La rueda': así es el 'blablacar' de los docentes para ahorrar gasolina](https://s3.ppllstatics.com/lagacetadesalamanca/www/multimedia/2024/01/09/WhatsApp%20Image%202024-01-09%20at%2014.06.13-R09rM4CanocQCODyrenLZsI-1200x840@Gaceta%20Salamanca.jpeg)
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Cada día numerosos salmantinos viven una gran migración diaria a otras provincias de Castilla y León para ir a trabajar. Un gesto que supone muchas horas de carretera y un importante gasto mensual de gasolina. Por eso, dejar su vehículo particular aparcado y subirse a otro para compartir trayecto hacia el trabajo con otras personas es un gesto, que aunque parezca mentira, realizan muchas personas en la ciudad gracias al impulso de la tecnología y al compromiso de crear comunidad.
Es lo que se conoce como 'la rueda', una iniciativa creada por profesionales para compartir coche cada semana con compañeros de trabajo o de gremio de forma equitativa y sostenible a través de un cuadrante realizado por días y por horas que se envía a todos los conductores a través de WhatsApp. La propuesta nace con la intención de que cada día conduzca un integrante diferente del grupo creando así viajes más seguros, amenos, económicos y respetuosos con el medio ambiente. Desde Salamanca parten multitud de personas hacia diferentes destinos de la comunidad para acudir a sus jornadas laborales.
En concreto, una treintena de salmantinos, casi todos docentes de entre 24 y 60 años aproximadamente, viajan cada mañana a Arévalo donde imparten clases en los diferentes centros educativos de la localidad abulense. La hora de salida suele ser sobre las 7:30 horas, aunque también existen otras franjas horarias, en función de la entrada a cada trabajo. «La primera hora es a las 7:30 y siempre salimos desde el parking del hipermercado del E.Leclerc. Allí quedamos todos y emprendemos la ruta», explica Sara Esteban, integrante de 'la rueda' desde que aprobó su oposición en el año 2021.
La joven es maestra de Inglés en E.S.O y Bachillerato en un instituto y gracias a 'la rueda' no tiene que vivir fuera de su casa. «Es una forma de no dejar atrás la vida en Salamanca porque si no existiera tendría que vivir en Arévalo ya que sería muy cansado ir y venir todos los días», detalla Sara Esteban. Además de ser un ahorro de dinero y de tiempo, para Sara es una experiencia «increíble» porque intercambia experiencias con otras personas: «Nos desahogamos, nos ayudamos, contamos anécdotas e incluso a veces lo utilizamos para hablar de algún asunto del trabajo a modo reuniones de claustro».
Lo mismo opina Noemy Rodríguez, profesora de Física y Química en otro instituto del municipio. Desde que sacó su plaza en 2023, 'la rueda' le ha aportado «no dejar de lado su vida en otro destino». «Puedo seguir con las mismas actividades y ver más a menudo a mi familia y a mi pareja. Es una manera de conciliar la familia», cuenta. Según ella al principio de curso en los viajes solían intercambiar temas más serios, relacionados con el magisterio, pero actualmente los considera amigos: «Son muchas horas a la semana y a medida que hemos abierto el vínculo y hay más confianza nos contamos cosas más personales e intentamos desconectar del trabajo».
Cristina Montejo es la encargada de organizar 'la rueda' hacia Arévalo desde hace dos años. Cada domingo envía por el grupo de WhatsApp el cuadrante de la semana para que nadie se quede sin coche. «Ellos me comunican los cambios y yo cuadro los horarios, me lo tomo como un problema de matemáticas. Algunas personas me preguntan por qué me meto en este marrón, pero lo hago encantada por el medio ambiente ya que a lo mejor son diez coches menos los que viajan a la semana», expresa. Para que todo funcione correctamente cada conductor tiene que cumplir una serie de normas establecidas por la «comunidad»: puntualidad en las salidas y las llegadas, responsabilidad, conducción prudente, limpieza y mantenimiento de los vehículos, entre otras. «Cada año surgen nuevas. Por ejemplo, tras la covid, si alguna persona quiere que sus pasajeros lleven la mascarilla, lo respetamos. Es cuestión de compañerismo», concluye Cristina.
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