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La consejera de Educación de Castilla y León, Rocío Lucas Navas. JCYL
Rocío Lucas: «No me explico por qué el Ministerio sigue la línea contraria a Castilla y León y devalúa la educación»
ENTREVISTA

Rocío Lucas: «No me explico por qué el Ministerio sigue la línea contraria a Castilla y León y devalúa la educación»

La Consejera de Educación de Castilla y León ha situado a los alumnos de cuarto de la ESO de esta comunidad como los más competentes de España en lectura, matemáticas y ciencias

Domingo, 24 de diciembre 2023

Castilla y León es la primera comunidad autónoma que logra en el informe PISA la primera posición de las regiones españolas en las tres materias que se evalúan: lectura, matemáticas y ciencias. Se sitúa ademán en el 'top 10' si se compara con las calificaciones obtenidas por los países de la OCDE, solo superada por países como Japón, Corea o Estonia. La máxima responsable de la política educativa de la Junta de Castilla y León no revela la fórmula secreta para tener un alumnado de 10, pero sí da perfila algunas claves.

¿Cuál es la receta mágica para tener una educación de sobresaliente?

—Receta mágica no existe como tal. Sí hay mucho trabajo, mucho esfuerzo y un principio básico: poner las políticas educativas como prioridad. Para el Gobierno Mañueco es una prioridad absoluta. Desde nuestra comunidad autónoma, ya dijimos cuando volvimos de la pandemia, que la presencialidad, la vinculación del alumno en el aula con el profesor, era necesaria y que la figura del profesor es insustituible por ninguna pantalla o actuación. Fuimos la primera comunidad que lo pusimos en marcha y seguimos apostando por un sistema donde se refuerce el conocimiento, el mérito y la capacidad.

Insiste mucho en que hay mantener las horas necesarias de asignaturas claves...

—Sí, insistimos mucho porque somos conscientes de que, por ejemplo, una compresión lectura es base transversal para cualquier otra asignatura. Si desde Primaria no la refuerzas arrastras déficits hasta cuando pasas a Secundaria. Hay que recordar que PISA evalúa a alumnos de 4º de la ESO, de 15 años. Las matemáticas también son transversales para cualquier asignatura vinculada con la ciencia.

Castilla y León está en el podio en lectura, matemáticas y ciencias, ¿qué margen de mejora le queda?

—Esto es una maratón continua. Este año ha sido histórico porque ninguna otra comunidad autónoma, en los veinte años que lleva evaluando PISA, habíamos estado en el puesto de cabeza de las tres competencias que se evalúan. Es el resultado del trabajo que hace toda la comunidad educativa: los profesores, los más formados de toda España y los que más formación continua hacen; las familias, que se implican muchísimo, y los alumnos. Pero no nos podemos relajar.

Son ya años en los primeros puestos del país. ¿Por qué otras comunidades no copia a la fórmula de Castilla y León?

—Es algo que tampoco nos explicamos nosotros porque no es de ahora, es un trabajo de muchos años y de una trayectoria de muchísimos profesionales y políticas educativas, todas alineadas a esa política de éxito. Le explicamos al Ministerio cómo estamos actuando para que en las políticas estatales se tenga en cuenta, pero luego cuando saca adelante leyes, como la LOMLOE, va en línea contraria, cada vez hacia una mayor devaluación del sistema nacional. Seguiremos insistiendo para mejorar el sistema educativo de España y no solo el de esta comunidad autónoma, intentando extender nuestras políticas de mejora.

Dicen los expertos que ahora sobran pantallas en las aulas. Suecia ya está retirándolas. ¿Hay que volver a la enseñanza tradicional?

—En Castilla y León no nos hemos olvidado de la enseñanza tradicional. En países como Suecia quitaron el libro en papel e implantaron el electrónico en todos los sitios. Castilla y León siempre ha sido partidaria de introducir herramientas que los alumnos tienen que saber usar, pero sin abandonar el libro en papel, sin abandonar métodos tradicionales. Como se aprende a leer es leyendo y la lectura, manejando libros.

En enero la ministra le pedirá posicionarse sobre el uso del móvil en el aula...

—Ya nos hemos pronunciado y, no solo eso, lo tenemos regulado. En 2007 la Junta sacó adelante un decreto que marca la convivencia en los centros, donde exigíamos un uso adecuado de los dispositivos electrónicos, que no altere la convivencia. En él recogimos ya que los centros, en sus reglamentos de régimen interior y en sus planes de convivencia, regularan cuando se puede usar con fines educativo. Desconozco el planteamiento del Ministerio en un tema ya regulado por las comunidades y en el que no tiene competencias.

Castilla y León tiene muchos pequeños centros rurales de enseñanza. Se tiende a pensar que en ellos la formación es peor, pero PISA demuestra que no...

—Llevamos años defendiendo la educación en el medio rural, para que en él haya las mismas oportunidades que en el urbano. En el informe PISA, no hay diferencias entre el alumnado de los centros rurales y urbanos en cuanto a las competencias adquiridas. Es necesario dar la misma formación al alumno allí donde viva. Cuando decimos que digitalizamos aulas para que se enseñe y que sea una herramienta para completar el contenido curricular, se hace tanto en el ámbito urbano como en el rural. Todo se hace pensando en ofrecer las mismas posibilidades y, por eso, el informe PISA establece que el sistema educativo de Castilla y León es uno de los más equitativos de España y de parte del mundo.

Estudió usted en un colegio de un pequeño municipio soriano. ¿Qué puede compartir esa escuela con las Japón, Estonia, Finlandia, que tienen similares resultados en PISA?

—Me siento orgullosa de haber estudiado en la escuela de un pueblo pequeñito, Villálvaro, de San Esteban de Gormaz (Soria). En el mundo rural seguimos defendiendo la educación de calidad y entendiendo la figura del maestro como elemento clave del desarrollo, dándole toda la formación y todas las herramientas que necesite. No tenemos nada que envidiar a Japón o Finlandia. Ahora con Pisa, Castilla y León está ya por encima de Finlandia cuando antes era nuestro objetivo a alcanzar. ¿Cuál es la conclusión? Los responsables de las políticas educativas debemos defender la educación como el mejor elemento para el desarrollo social, como ascensor social, y no devaluarla ni degradarla regalando títulos. Debemos facilitar que se dé la mayor formación a todos los alumnos y reforzarla donde sea necesario.

Hay voces que piden frenar en el bilingüismo para no deteriorar la formación en materias complejas...

—En Castilla y León no tenemos unas asignaturas obligatorias que deban impartirse en inglés. Es el propio centro, que conoce a sus alumnos y sus capacidades, quien decide. Hay centros bilingües que, por ejemplo, imparten en inglés educación física, y otros, otras asignaturas. Lengua castellana, evidentemente no, pero sí biología. No se ha visto que las secciones bilingües impactaran de forma negativa en PISA. Todo consiste en un equilibrio. Hay centros que nos han pedido que se mantenga una sección bilingüe y otra que no lo sea, y se está autorizando. ¿Por qué? Porque hay que dar también flexibilidad.

No es lo que más se destaca de PISA, pero Castilla y León tiene niveles muy bajos de acoso escolar...

—Cuando se habla de políticas educativas, siempre se pone más el foco en la parte académica, pero hay que atender a la parte social, de convivencia. Durante años, el decreto de convivencia ha regulado en nuestra comunidad el uso de dispositivos digitales y electrónicos porque son elementos que alteran la convivencia y que permiten que en el ámbito educativo haya este tipo de conductas. Somos muy conscientes de que eso es necesario regularlo y que su uso solo lo deben determinar los profesores en su ámbito educativo junto con figuras como el coordinador de convivencia o los orientadores. Eso hace que también cuando nos evalúan a nivel nacional y de la OCDE , somos la comunidad autónoma que estamos casi al nivel de Japón y Corea con los índices más bajos de acoso escolar.

Se pregunta la Federación de Asociación de Madres y Padres de Castilla y León (Fedampa) que, con esos resultados en PISA, ¿por qué Castilla y León no es Silicon Valley y sí una «fábrica de mano de obra barata para Madrid»?

—Las políticas de la Junta van todas dirigidas a ser una comunidad de oportunidades. Con PISA, hablamos de sistema no universitario, de alumnos de 14 y 15 años, en los puestos de cabeza a nivel académico y eso está haciendo que más jóvenes estudien Bachillerato y Formación Profesional que en años anteriores. Hemos aumentado la tasa de escolarización de FP un 5% y la de Bachillerato se mantiene. El alumnado que estudia en nuestras universidades también ha aumentado una media de un 10%. Luego hay otros factores, ajenos a la educación, más vinculados a otras políticas, como la industrial, en los que también se está haciendo una gran labor para retener el talento.

¿De qué sirve formar mejor a los alumnos si no hay EBAU única?

—No logramos que el Ministerio plantee una EBAU única y homogénea con el resto de los territorios, pero seguiremos luchando y trabajando para conseguirlo. Pero eso no significa que no pongamos en valor lo que estamos logrando, y el alto nivel de la educación no universitaria es un logro de toda la sociedad de Castilla y León, del que nos tenemos que sentir orgullosos.

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