Borrar
Lamina, franela con soles, y Habi, vestido azul con mariposas, pintan con sus hermanos de acogida. LAYA
Las risas de los niños saharauis iluminan los hogares salmantinos

Las risas de los niños saharauis iluminan los hogares salmantinos

Un año más, los juegos de los niños de 'vacaciones en paz' llenan las casas de las familias de acogida

Martes, 25 de julio 2023, 06:15

En el patio central de la torres de Anaya, mientras los adultos conversan de sus cosas, Lamina, Wafa y Habi, tres niñas saharauis, corretean de un lado a otro jugando con sus hermanos de acogida. Las tres niñas apenas hablan español y sus hermanos de acogida no saben ni pizca de árabe, pero eso es lo de menos porque en el mundo de los juegos no existen barreras que valgan.

Lamina, Wafa y Habi son tres de los 12 niños saharauis que este año pasan el verano en Salamanca como parte del programa 'vacaciones en paz', una actividad organizada por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Salamanca (AMPUSASA) que tiene ya más de 25 años en funcionamiento y que implica para todos los que la viven una experiencia inolvidable.

Así lo explica Alba Miranda, quién tiene desde los nueve años formando parte de la experiencia. «Cuando yo era pequeña mis padres acogieron a tres niños y ahora nosotros también participamos en la actividad. Como persona que ha sido hermana de acogida puedo decir que la experiencia es única. Te cambia para siempre. Por eso cuando nacieron mis hijos yo tenía claro que era una de las cosas que quería que vivieran», comenta a la vez que destaca la calidad de los lazos que se forman por medio del programa. Unos vínculo que perduran mucho más allá de los meses de vacaciones. «Este es el primer año que hemos recibido a Lamina, pero nosotros ya la conocíamos porque es la hermana del primer niño que tuvimos como familia de acogida y cuando hemos viajado a visitarlo estuvimos en su casa», explica.

Al contrario de Alba, Vanesa y Francisco son dos padres de acogida que participan por primera vez en la experiencia. Todavía queda mucho verano por delante y miles de aventuras por vivir, sin embargo, ambos señalan que en apenas una semana la vivencia ya ha dejado una huella en sus corazones. «La experiencia es muy buena y sobre todo se aprende mucho. Cuando estas con estos niños te das cuenta que a veces no le damos la importancia a lo que realmente deberíamos dársela», reflexiona Vanesa, madre de acogida de Wafa. Una pequeña de cabello ondulado que se esconde detrás de su madre de acogida y responde que sí a todas las preguntas que se le hace.

Sobre esto, Francisco coinciden en que la presencia de los niños ayuda a valorar más las cosas. «Todo los sorprende. Cosas que nosotros ni nos damos cuenta que tenemos a ellos los sorprenden. Por ejemplo el agua corriente o los ascensores. Al principio ella se asustaba mucho al subir el ascensor porque se quedaba encerrada y de repente salía por otra puerta, pero poco a poco se va adaptando. Es una experiencia muy intensa y muy bonita», apunta.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Las risas de los niños saharauis iluminan los hogares salmantinos