Las altas temperaturas suponen un gran desafío a la hora de hacer vida normal en las ciudades. Inmersos en sus distintas rutinas, entre sofoco y sofoco, algunos amarrados a una botella de agua, con gorra en mano, portando gafas de sol e incluso con abanicos y paraguas para contrarrestar los efectos secundarios que provoca el calor, son muchos los salmantinos que, en su día a día, buscan algunos minutos de sombra para respirar con tranquilidad.
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En este escenario, lejos de la piscina y todavía más de la playa, la naturaleza inmersa en la ciudad juega un papel fundamental para aquellos que, en medio de tanta luz, buscan algo de sombra y aire fresco. Por medio de su estrategia de infraestructura verde urbana, Salamanca cuenta con hasta 15 rincones en su casco histórico en los que se pueden afrontar con comodidad las altas temperaturas y disfrutar de un ambiente más agradable que contribuya a la salud física y mental.
Según un estudio publicado por la revista 'Nature', existe una relación directa entre la existencia de zonas verdes y la reducción de la temperatura media en las ciudades. Utilizando datos recogidos por medidores en casi 300 ciudades europeas, se observa cómo la presencia de vegetación en el entorno urbano disminuye la temperatura ambiente y mitiga la sensación térmica, lo que convierte estos espacios, que, además, en Salamanca, tienen un gran encanto, en escenarios ideales para pasar una tarde de verano y que van más allá de las tradicionales Plaza de los Bandos y Plaza de la Libertad.
Los 15 puntos de Salamanca para huir del calor
El Huerto de Calixto y Melibea, el Campo de San Francisco, la Plaza de Colón, la Plaza del Concilio de Trenta, la Plaza de San Cristóbal, la Plaza de San Justo, el Jardín de la Merced, el Jardín de la Ronda de Sancti Spíritus, los Jardines de Santo Domingo de la Cruz, el jardín interior del Colegio Arzobispo Fonseca, el Patio de las Escuelas Menores, el Aula Verde 'Blanca Catalán de Ocón', las inmediaciones de la Vaguada de la Palma, el Paseo de Carmelitas o el bulevar de la calle Balmes son algunos de los pulmones verdes en los que patrimonio y naturaleza muestran la relación simbiótica que existe en Salamanca y en los que salmantinos y turistas pueden disfrutar de aire fresco, a la vez que lo hacen de la historia que se encuentra arraigada en la capital.
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