Las obras de peatonalización del centro de la ciudad están a punto de acabar. Cuando esto ocurra las cámaras que controlan en acceso a la zona peatonal multarán a los vehículos que no tengan autorización de paso, entre ellos a los de los repartidores de recados y de comida que van en moto, patinete eléctrico y en bicicleta, los conocidos como riders.
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Por eso un grupo de profesionales ha contactado con el Ayuntamiento de Salamanca para solicitar un plan de acceso.
Trabajan para organizarse como asociación y presentar a la Concejalía de Tráfico una propuesta para llegar hasta los cerca de 50 restaurantes del centro con los que operan, así como a sus clientes sin necesidad de hacerlo caminando.
El siguiente paso será iniciar una recogida de firmas entre usuarios y establecimientos, entre los que también se incluyen supermercados y farmacias.
Por el momento son cerca de 25 los riders que se organizan para encontrar una solución a su problema del más de medio centenar que opera en Salamanca.
El concejal de Tráfico, Ángel Molina, sostiene que el Consistorio trabaja en una solución específica para el colectivo. «Llevamos tiempo estudiando una salida. Lo fácil sería la negativa, pero queremos ofrecer una opción que se pueda ejecutar sin fisuras», explica.
Según ha podido saber este periódico, se plantea la creación de un vial específico para repartidores, el aprovechamiento de las 18 islas de carga y descarga de la ciudad o soluciones «de última milla» que han adoptado otros municipios en las que los pedidos en estas zonas se agrupan en un solo vehículo.
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El problema es que, a diferencia con los repartidores de carga y descarga, el momento de mayor trabajo de los riders es por la tarde-noche, cuando más viandantes ocupan las calles peatonales.
Por definición, y ante el elevado peligro de atropello, se les prohíbe el paso a estas calles, por lo que en el plan del colectivo sería una prioridad el respeto a los transeúntes. Este problema ya se ha planteado en otras ciudades como Segovia, donde les dejan circular por la zona restringida, pero no por las pocas vías peatonales, por lo que los repartidores acaparan buena parte de las multas tramitadas en estos espacios.
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