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Alejandro Cerezal
Sábado, 20 de julio 2024, 12:29
La provincia de Salamanca supone un enclave único en el que los amantes de la ornitología pueden disfrutar del avistamiento de numerosas especies de aves. Tanto en la capital como en el entorno rural, el clima y el relieve de la zona proporcionan a los salmantinos una gran riqueza natural.
En la ciudad, los reyes de la Catedral son la pareja de halcones peregrinos que tienen su nido en el monumento. Desde la Plaza de Anaya, en ocasiones, se puede ver el vuelo de estos ejemplares que fueron reintroducidos en el año 2000, gracias a un proyecto de SEO/Birdlife. Instalaron una caja para la cría de estos animales en la torre de la Catedral Nueva, lo que tuvo un gran éxito. Estas rapaces de medio tamaño ayudan a mantener un equilibrio en el entorno urbano, y a espantar otras especies molestas como las palomas y los estorninos.
Sin embargo, estas no son las únicas especies que se pueden encontrar en la capital. La cigüeña blanca es una de ellas, un ave de gran envergadura que está ligada a la acción humana, por lo que suele vivir en hábitats abiertos y transformados. A mayores, en la ciudad charra, durante el verano, podemos encontrar vencejos, característicos por su forma de ballesta, así como los aviones comunes, unas pequeñas golondrinas que suelen verse en vuelo y agrupadas.
Respecto al entorno rural, son frecuentes en los campos de cereal las avutardas que, con el aspecto de una gallina gigante, es el ave voladora más pesada, llegando a pesar casi 18 kilos. Por otra parte, los aguiluchos de los campos son aves cazadoras que sirven de gran ayuda a los agricultores. En concreto, el aguilucho cenizo, avistado en diversas comarcas salmantinas como la de Peñaranda, es una especie vulnerable ante las labores de siega y cosecha. Muchas de las crías de esta especie no llegan a desarrollarse, debido a la dependencia de estas a los campos de cereal. Otras especies que podemos observar en verano son los avetorillos, las abubillas, los abejarucos y las oropéndolas.
Cabe destacar la zona de los Arribes del Duero, que con una consecución de cañones y su zona de dehesas de encinas y robles, proporcionan a una gran variedad de especies un ecosistema idóneo. Es por eso que, este punto de Salamanca, es uno de los más interesantes para los aficionados a la ornitología. En é pueden ver un gran número de aves rapaces, destacando el águila-azor perdicera o el águila real, y paseriformes, como la curruca mirlona, además de las últimas carracas de la provincia, con su gran colorido.
La ribera del río Tormes es el mejor lugar para avistar la variedad de especies con las que cuenta Salamanca. En concreto, el Puente Romano es uno de los puntos del entorno urbano en el disfrutar de estos animales. Distintos tipos de rapaces, martines pescadores o garzas reales son algunos de los ejemplos que aparecen junto al agua. Además, en verano se organizan actividades de avistamiento de aves, del 5 de julio al 1 de septiembre, gracias al programa turístico del ayuntamiento «Salamanca culta y oculta».
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