Un remedio casero para combatir la amenaza de la procesionaria siempre peligrosa en estas fechas

En Salamanca, la oruga procesionaria representa un riesgo recurrente cada año, especialmente en los meses de finales de invierno y comienzos de la primavera, cuando las larvas descienden de los árboles en busca de tierra para completar su metamorfosis.

Este fenómeno suele producirse entre febrero y abril, aunque en los últimos años, debido al aumento de las temperaturas, se han registrado apariciones más tempranas. Las zonas más afectadas en la provincia incluyen parques, pinares y áreas forestales, como la Sierra de Francia, la Dehesa de Alba o los montes cercanos a la capital, donde la densidad de pinos favorece la proliferación de estos insectos.

Durante este periodo, es frecuente ver las características hileras de orugas en el suelo, lo que supone un peligro significativo para los perros y otros animales que pueden entrar en contacto con sus pelos urticantes. Ante este problema, tanto ayuntamientos como expertos en sanidad forestal han intensificado labores de control mediante trampas y tratamientos específicos, aunque la precaución de los propietarios de mascotas sigue siendo clave para evitar incidentes.

Sin embargo, la procesionaria ha adelantado su aparición este año debido a las temperaturas inusualmente altas. El contacto con la procesionaria puede generar inflamaciones severas, problemas respiratorios y necrosis en la lengua del perro si llega a lamer o morder la oruga. Ante el incremento de casos en clínicas veterinarias, expertos y dueños de mascotas han comenzado a compartir medidas preventivas para evitar estos accidentes y actuar de manera rápida en caso de exposición.

El mayor riesgo para los perros es que, debido a su curiosidad natural, pueden acercarse a las orugas, olerlas o incluso tocarlas con el hocico. Los efectos de este contacto pueden ser devastadores.

Ante esta amenaza, en redes sociales se ha viralizado un consejo de una criadora (@delsabel en Tik Tok) que recomienda llevar siempre una botella de vinagre de manzana al pasear con el perro. Este remedio casero, aconsejado por su veterinaria, puede ayudar a reducir la toxicidad de los pelos urticantes al aplicarlo sobre la zona afectada.

Sin embargo, es crucial tener en cuenta que el vinagre de manzana no sustituye la atención veterinaria. En caso de contacto con la procesionaria, se debe:

Retirar al perro de la zona afectada de inmediato para evitar una mayor exposición. Evitar frotar el área afectada, ya que esto podría esparcir las toxinas. Aplicar vinagre de manzana con suavidad, sin friccionar. Llevar al perro urgentemente al veterinario, ya que solo un profesional podrá evaluar la gravedad y administrar el tratamiento adecuado.

La mejor forma de proteger a tu perro es prevenir el contacto con la procesionaria. Para ello, sigue estos consejos:

- Evita paseos en zonas con pinos durante los meses de mayor riesgo (febrero a mayo).

- Mantén a tu perro atado en áreas donde pueda haber procesionaria, evitando que se acerque a orugas o restos en el suelo.

- Observa los árboles: si ves bolsas blancas en las ramas, es señal de presencia de procesionarias.

- No permitas que tu perro olfatee o coma restos en el suelo, ya que las orugas pueden liberar pelos urticantes incluso sin contacto directo.

- Consulta con el veterinario sobre posibles tratamientos preventivos, como antiinflamatorios o medidas específicas en caso de exposición.

- Lleva una pequeña botella con vinagre de manzana en caso de que tu perro entre en contacto con los pelos urticantes, puede ayudar a mitigar el daño inicial.

A continuación tienes el vídeo del usuario @delsabel, en el que explica la situación y algunos detalles de cómo prevenir un posible y desagradable encuentro.

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