El rastrillo benéfico de San Vicente de Paúl se hace mayor de edad

Por decimoctava vez, la calle Azafranal se viste de caridad con la apertura del «Rastrillo Solidario» de la Conferencia Virgen de la Vega organizado por la Sociedad San Vicente de Paúl.

La recaudación obtenida va dirigida a las obras sociales con las que colaboran, entre ellas el Banco de Alimentos o los diferentes cursos que llevan a cabo a lo largo del año, como el «taller de hogar» en el que personas de la tercera edad llevan a cabo ejercicios de memoria o «la llamada amiga» para personas que viven más solitarias y necesitan socializar.

«Suelen participar unas 13 personas, algunas de las conferencias y otras voluntarias», afirma Ana Torrecilla García, una de las encargadas, en un mercadillo en el que se pueden encontrar todo tipo de objetos donados en perfecto estado que la asociación va recolectando a lo largo de todo el año como: muebles, vajilla, bisutería, ropa, juguetes, libros, embutido y un largo etcétera; además de artículos de ropa de hogar que realizan en los talleres.

«La solidaridad y como trabajan ellas es algo fascinante, merece mucho la pena entrar a comprobarlo; y así además, colaboras y ayudas a personas que lo necesitan» añade Coro Herrero Rodilla, una clienta fiel durante los últimos diez o doce años a esta cita en el centro de la capital.

El rastrillo solidario, que abrió sus puertas el pasado viernes con la bendición del obispo, José Luis Retana, estará abierto hasta el próximo 12 de noviembre en la calle Azafranal, número 26, brindando la oportunidad de hacer una contribución a aquellos que más lo necesitan.

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