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Martes, 8 de marzo 2022, 22:31
Ante un patio del Casino lleno, el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió este martes la democracia liberal frente a los populismos y la necesidad de que toda la sociedad contribuya a su protección. Lo hizo en el acto de presentación de su último libro, “Política para adultos”, organizada por Fundación GACETA, donde varias de sus críticas tuvieron como destinatario al Ejecutivo de Pedro Sánchez, al que no dudó en calificar como un “Gobierno Frankenstein que radicaliza y dificulta los consensos nacionales”. Rajoy expuso que para partidos como el PP es muy difícil alcanzar acuerdos con él porque dentro hay formaciones como Podemos, Bildu o ERC y “en el que todo el mundo quiere poner su pildorita”. El expresidente argumentó que esa ausencia de consenso se traduce en falta de coordinación ante la pandemia o en el reparto de fondos europeos, en cuestionar la transición, en generar conflictos con la iglesia o una reforma de las pensiones “disparatada” y una del mercado laboral “que no es reforma alguna porque se la paró Europa”.
Rajoy proclamó la utilidad de que todos, pero especialmente los políticos, actúen como adultos. “Implica reflexionar antes de hablar y decidir, someterse a los límites de la realidad, a las leyes y a nuestra propia contención, y asumir las consecuencias de los actos”, subrayó. Esa falta de madurez se ha traducido, según él, en un auge de los populismos, a los que definió “como puro andamiaje propagandístico al servicio de un líder mesiánico”. Apuntó que prometen “un mundo feliz” que “infantiliza a la opinión pública”, lo que luego se convierte en grandes desengaños, como ha ocurrido con el procés o el Brexit.
Advirtió sobre prácticas populistas como el desdén a las leyes “que son lo que definen la calidad de la democracia”. También sobre “el particularismo”, en la que nadie habla de proyectos políticos de interés general, ya que están preocupados en adoptar medidas que contenten “a colectivos y territorios”. El expresidente también criticó la peligrosa deriva de los juicios paralelos en los medios públicos “en los que se vulnera la presunción de inocencia”.
Tras este análisis, Rajoy ofreció una serie de argumentos que han de servir de base para defender la democracia liberal frente a sus ataques. Abogó por fortalecer las instituciones, entre ellas la monarquía y a Juan Carlos I, así como la independencia de la justicia, además de acabar con las acusaciones particulares “que siempre utiliza la izquierda para generar portadas y alargar los procesos”. Apostó por una mayor integración en Europa en el ámbito económico y fiscal, política exterior y de defensa y en materia migratoria.
El expresidente aprovechó su intervención para lanzar dos pullas a su manera. La primera contra la falta de lógica del lenguaje inclusivo y la segunda sobre el error que cometió “contagiado por el populismo” al aprobar que el presidente del PP se eligiera por primarias —y que acabó con Casado al frente del partido—.
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