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La plaza del Corralillo de Santo Tomás acoge uno de los enclaves más desconocidos de la arquitectura salmantina. A pesar de ser uno de los espacios más representativos del románico en la capital charra, la pequeña parroquia de Santo Tomás Cantuariense no acostumbra a estar abierta al público. Con la nueva edición del programa 'Las llaves de la ciudad' que estará presente en Salamanca hasta el próximo 17 de diciembre, salmantinos y turistas tendrán el privilegio de acceder a este simbólico espacio con las visitas guiadas que tienen lugar los jueves y los viernes a las 11:00 horas y los sábados a las 11:00 y a las 12:00 horas, junto a otros quince espacios de la capital que se podrán visitar.
La iglesia de Santo Tomás Cantuariense se trata de un templo dedicado a la figura de Tomás Beckett, arzobispo inglés de Canterbury durante el siglo XII que fue asesinado por orden del entonces rey de Inglaterra, Enrique II. Tres años después de su muerte, Tomás Beckett fue canonizado. Pero su figura no fue olvidada en un lugar tan remoto para Santo Tomás como era Salamanca. Dos hermanos de la capital salmantina, fascinados por la historia del santo, decidieron rendirle homenaje con la construcción de un templo en su honor, convirtiéndose en el primero que se realiza fuera del territorio inglés en honor al arzobispo de Canterbury.
Ahora, en pleno siglo XXI, quienes visitan esta iglesia pueden observar cómo estos hermanos arquitectos la construyeron con forma de cruz latina, entre algunas de sus curiosidades. Este templo, que actualmente ofrece misas anglicanas los domingos, también cuenta con un espacio dedicado para los más pequeños, junto al altar, algo común entre los templos anglicanos.
Cuatro curiosos rostros adornan el techo de la iglesia, en el que cada uno de ellos representa uno de los elementos de la naturaleza; agua, aire, fuego y tierra. Un pequeño balcón se asoma por encima de los bancos donde se sitúan los feligreses, donde el coro armonizaba las misas que allí se celebraban. Un lugar estratégico para que el sonido no reverberara.
Muchos de los visitantes se quedan asombrados con el campanario de esta iglesia; un lugar desconocido para muchos y que cuenta con unas vistas que hacen que muchos no paren de sacar fotos de las torres de la Catedral y del convento de San Esteban que se avistan al fondo.
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