A la incertidumbre sobre qué asistencia sanitaria recibirán a partir del 1 de enero, los mutualistas salmantinos de Muface le suman otro disgusto: «Una sensación de inquina hacia el funcionario que no está justificada».
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El responsable de Educación el CSIF Salamanca -Sergio Vaquero- considera que existe un desconocimiento generalizado sobre los «supuestos privilegios del funcionario».
«Es verdad que se percibe inquina, pero siempre la ha habido y creo que la puedes encontrar contra cualquier colectivo que pueda tener mejores condiciones que las tuyas. Ahora son funcionarios, pero también se percibe contra empresarios, etc». Vaquero se pregunta: «¿Dónde están los privilegios?» y explica: «La financiación de la sanidad pública sale de los impuestos de los trabajadores y los funcionarios también pagan impuestos. Es decir, los funcionarios pagan impuestos y, además, tienen que pagar aparte la mutualidad. Posteriormente te dan a elegir si quieres ser atendido por el sistema nacional de salud o por Muface. Aunque elijas atención por la sanidad pública, la mutualidad la vas a pagar igual. Y si eliges ser atendido por Muface, tus impuestos tampoco te los van a descontar».
El representante de CSIF expone la consecuencia de que más de un millón de mutualistas pasen a ser atendidos por la sanidad pública: «Lo que va a ocurrir es que, hasta ahora, los impuestos que pagan los funcionarios se pueden estar destinando a otros conceptos porque no hace falta dedicarlos a la sanidad pública. En el momento en el que toda esa gente entre el SNS, habrá dos opciones: o recortar los impuestos de los ámbitos en los que se estaban utilizando para centrarlos en sanidad, o subirles todos los impuestos a todo el mundo para cubrir ese agujero».
Desde CSIF Salamanca aseguran que llevan semanas recibiendo llamadas y consultas de decenas de funcionarios muy inquietos por el problema de Muface. «Ya conocemos el caso de algún médico que no ha querido dar cita a un funcionario porque como no está claro el futuro, prefieren esperar a enero para ver cómo se resuelve todo. No deniega la cita, pero la pospone. Esto es producto del runrún de inseguridad y de que nadie tiene las cosas claras».
Sergio Vaquero asegura que «la incertidumbre es el peor escenario posible». «Hay personas con enfermedades graves o crónicas que ahora están en una situación complicada porque todavía no saben a qué atenerse. Prefieren saber si las seguirá tratando el mismo médico o pasarán a Sacyl. Lo que sea, pero saberlo ya».
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