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Una familia con varios carros de bebés. ARCHIVO
El pueblo salmantino en el que el padrón se ha multiplicado por ocho

El pueblo salmantino en el que el padrón se ha multiplicado por ocho

Solo uno de cada diez municipios de la provincia aumentó de población en el último cuarto de siglo

Sábado, 6 de enero 2024

Castellanos de Moriscos es, sin ninguna duda, el pueblo de Salamanca que más ha crecido en el último cuarto de siglo. El número de empadronados se ha multiplicado por ocho en este periodo. De 358 han pasado a ser casi 3.000. Pero el suyo es un caso excepcional. Las cifras oficiales de población a 1 de enero de 2023 que el Instituto Nacional de Estadística ha publicado recientemente muestran que solo uno de cada diez municipios de la provincia ha engrosado su padrón desde 1998. Solo 39 de un total de los 362 han incrementado su número de vecinos.

Lo cierto es que los municipios que han ganado vecinos en los últimos cinco lustros son aquellos que se encuentran en el primer y segundo «cinturón» en torno a la capital del Tormes. A medida que ésta ha ido perdiendo población, su área metropolitana ha ido creciendo. Desde 1998, el padrón se ha reducido en un 9,15%. Ha perdido 14.503 habitantes, mientras que en el mismo periodo tan solo una decena de localidades cercanas han sumado más de 30.000. Tras el excepcional crecimiento de Castellanos de Moriscos, el padrón de Carbajosa de la Sagrada experimentó el segundo mayor aumentó del padrón. Su población se ha multiplicado casi por seis al sumar más de 6.200 empadronados. Aunque porcentualmente no sea la que más ha crecido, sí es la que, en cifras absolutas, más vecinos ha ganado. Aldeatejada, Moriscos, Monterrubio de la Armuña, Carrascal de Barregas, San Cristóbal de la Cuesta, Doñinos de Salamanca, Villamayor, Villares de la Reina, Cabrerizos y Galindo y Perahuy son otras localidades que en la actualidad tienen más del doble de los habitantes que a finales del pasado siglo.

Despoblación en la zona rural

Si bien el crecimiento de las localidades de la zona metropolitana compensa sobradamente la pérdida de población de la capital, no es suficiente para contrarrestar la disminución de los vecinos en las zonas más alejadas de la ciudad del Tormes. Así, la provincia ha sufrido desde 1998 un «recorte demográfico» del 6,4%, que supone 22.380 empadronados menos.

De los 322 municipios de Salamanca que han visto adelgazar su padrón desde finales del siglo XX, 28 han perdido a más de la mitad de su población. Porcentualmente Navalmorales es la mayor «víctima» de la despoblación en la provincia. En 25 años ha visto reducirse su padrón casi un 78%. Le seguirían Salmoral (-67,4%), Aldeacipreste (-62,2%), Iruelos (-61,2%), Cilleros de la Bastida (-57,1%), La Sagrada (-56,7%), Pedrosillo de Alba (-56,2%), Ahigal de los Aceiteros (-56%) o Puebla de San Miguel (-56%). Pero lo cierto es que todos ellos son pequeños municipios que hace 25 años no llegaban a los 400 habitantes y en los que, por tanto, la pérdida de un vecino tiene proporcionalmente más impacto estadístico que en núcleos de población más grandes. Así, después de la capital, Béjar es la que realmente ha perdido un mayor número de vecinos en estos cinco lustros, casi 4.150 (-25,6%). Le sigue Ciudad Rodrigo, con 2.743 mirobrigenses menos (-18,8%) que el 1 de enero de 1998.

Frente a estas importantes oscilaciones demográficas llama la atención el caso de Membribe de la Sierra que el pasado 1 de enero tenía el mismo número de empadronados que cinco lustros antes, concretamente 102. Aldeanueva de la Sierra ha ganado un vecino y Alderrubia ha perdido tres.

Respiro demográfico para 150 localidades

Aunque los datos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística no coinciden totalmente con los del último censo que difundió el mismo organismo, sí vienen a confirmar que los municipios que más población ganaron entre el 1 de enero de 2022 y la misma fecha de 2023 fueron Armenteros (40,66%), ChagarcíaMedianero (29,03%), Beleña (28,84%), Pizarral (22,45%), Casafranca (22,03%), Brincones (17,65%) y Ahigal de Villarino (14,81%). Después de años de 'sangría' demográfica, los últimos meses han dado un respiro a 150 localidades de la provincia, que o han sumado vecinos o al menos no han perdido ninguno de los que tenían.

La natalidad no es suficientes para contrarrestar la mortalidad y el éxodo juvenil. Es la inmigración la que está permitiendo revertir durante los últimos meses la progresiva pérdida de población que afecta a Salamanca desde hace varias décadas. De hecho, principalmente ha sido la llegada de personas de los países Latinoamericanos y de Ucrania la que ha permitido este cambio de tendencia. Así, el incremento de población de Armenteros está directamente vinculado a la llegada de refugiados que huyeron de la invasión rusa.

La provincia ha ganado en el último ejercicio, conforme a la estadística oficial de población, 1.272 empadronados, un 0,39%, al pasar de 325.898 a 327.170 vecinos. La capital del Tormes, por su parte, contaría con 143.954 vecinos frente a los 142.412 del 1 de enero de 2022, lo que supone un incremento de 1.542 (1,08%), según los datos publicados del INE.

Las mayores pérdidas de población registradas en el último año fueron en La Bouza (-17,54%), Puebla de San Medel (-13,16%), Valverde de Valdelacasa (-11,48%), La Peña (-10%), La Bastida (-9,68%), Sanchón de la Ribera (-9,09%), Berrocal de Salvatierra (-8,86%), Gejuelo del Barro (-8.82%) y Cilleros de la Bastilda (-8,70%). Por otra parte, hay 27 municipios de la provincia que han logrado mantener sin variaciones la misma población que el año anterior, como Aldeanueva de la Sierra, Aldehuela de Yeltes, Cantagallo, La Encina, Huerta o San Pedro de Rozados, entre otros.

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