El pueblo portugués con increíbles aguas termales y un hotel majestuoso perfecto para escaparse en otoño

Portugal figura como uno de los destinos favoritos de los españoles para hacer una escapada en cualquier momento del año. No importa si es otoño, invierno, primavera o verano. Cualquiera es oportuno para adentrarse en un país con localizaciones privilegiadas, playas perfectas para pasear y disfrutar de la naturaleza y parajes envidiables, además de con ciudades como Lisboa u Oporto y localidades repletas de encanto como Óbidos.

A tres horas de Salamanca, en la frontera norte, se encuentra uno de los destinos más codiciados por los excursionistas que entran en escena durante el otoño y que buscan la tranquilidad en sus localizaciones, además de disfrutar de increíbles aguas termales. El pueblo de Chaves, a una hora en coche de Ourense y a media hora de Verín, ubicado en la región de Trás-os-Montes, cuenta con una historia que se remonta a la ocupación que los romanos protagonizaron en Portugal con Flavio Vespasiano a la cabeza.

Conocida por los mismos como 'Acquae Flaviae', cuenta con unas aguas termales con una temperatura de 73ºC y resultan curativas para todos aquellos que busquen desconectar y destensar los músculos.

Esta pequeña localidad tiene su encanto en su arquitectura romana y medieval y en la sobriedad que radica en su casco histórico, de gran atracción por sus calles empedradas, su castillo y su robusta Torre del Homenaje, ubicada junto a un tramo de la muralla. Para entrar a la misma, se recomienda hacerlo por el Puente de Trajano, integrante de la vía romana XVII que conectaba Braga y Asturica -la actual Astorga-.

Además del encanto que radica en su historia y en su patrimonio, el pueblo de Chaves llama la atención por su buena gastronomía, entre la que destacan los embutidos ahumados, la carne de cerdo, el cocido, el caldo a la Trasmontana o los pasteles de Chaves.