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Un problema de homologación ha dejado a Psiquiatría bajo mínimos. Profesionales y residentes del ámbito han alzado la voz en los últimos días para pedir más efectivos ante la alta demanda del servicio. Cada vez son más las personas que son diagnosticadas con algún tipo de problema de salud mental y, entre esos afectados, la mayoría resultan ser niños o adolescentes que, hoy por hoy, parecen no tener garantías de que sus necesidades vayan a ser cubiertas con totalidad a corto plazo.
Esta problemática mantiene en vilo a la unidad del Complejo Asistencial de Salamanca -dentro de la cual dicha especialidad sigue a la espera de ser acreditada-, desde el que se pide doblar plantilla para prestar un mejor servicio. Surgida a raíz del examen de acceso a la misma -creada con la aprobación del Real Decreto del 3 de agosto de 2021- que se celebró el pasado 29 de junio, al que se presentaron un total de 300 aspirantes, radica en la atribución de la acreditación para ejercer de forma correcta, siendo algo que, por ahora, parece que va a tardar en conseguirse debido al grado de dificultad de esta evaluación y que ha movilizado a sus especialistas contra Sanidad por «querer rebajar el número de psiquiatras infantiles».
A día de hoy, en España, existe un modelo 'dual' de Psiquiatría Infantojuvenil. Por un lado, están los médicos que han obtenido el título y, por el otro, los que deben pasar esta prueba para poder ser acreditados y progresar en su carrera profesional pese a poder seguir realizando su actividad asistencial con niños. Todos ellos, a expensas de conseguir dicho título en oposiciones o procesos de selección de jefe de sección o jefe de servicio, figuran como interinos, pero no tienen esclarecido su futuro por una situación alarmante de la que también se ha hecho eco en la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), que estima que apenas hay 7,7 psiquiatras infantojuveniles por cada 100.000 habitantes de entre 0 y 18 años.
A la espera de ver si se convoca una repesca para los muchos que se han quedado a las puertas de la especialidad por la complejidad de este trámite, se suman los cinco años que van a tardar los futuros especialistas en formarse como psiquiatras infantiles -hasta mayo de 2028 no culminarán su experiencia como residentes-; las numerosas jubilaciones que se esperan y que muchos de los psiquiatras que no tienen el título y que ahora están atendiendo a menores abandonarán dicha actividad ante la falta de horizonte profesional.
El no poder tener el título de psiquiatra infantil va a provocar que muchos de estos profesionales abandonen dicha asistencia, teniendo que trabajar en peores puestos, donde los especialistas en este ámbito no quieran hacerlo y provocando que la situación asistencial se vuelva más difícil todavía.
Fuentes del movimiento PUPNYA y de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), a las que se unen los especialistas del Complejo Asistencial de Salamanca, aseguran que, aunque cada vez se hable más de salud mental, hablar de un problema no siempre significa ponerle soluciones y que la concienciación social siempre ha de estar acompañada por un refuerzo de personal, siendo algo que lleva siendo denunciado desde hace bastante tiempo por los profesionales, que piden tomar decisiones cuanto antes a corto, medio y largo plazo y doblar plantilla.
«Al ser una especialidad poco desarrollada en muchos territorios y debido al mucho tiempo que supone la formación de los futuros especialistas, no hay recursos personales suficientes y capacitados con totalidad pese a sumarse psicólogos, enfermeros de salud mental y otros profesionales», asegura el jefe de servicio Psiquiatría, Carlos Roncero.
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