Presentación de la nueva obra de la Catedral de Salamanca. M.R.

Prostitutas, sintecho y toxicómanos reflejan la parte más oscura de la sociedad en el nuevo cuadro de la Catedral

El artista José Antonio Muñoz Bernardo es el autor de «Jesús como piedra angular de la humanidad», que se podrá disfrutar desde este jueves en la Catedral

María Regadera

Salamanca

Jueves, 24 de octubre 2024, 13:26

El artista guijuelense José Antonio Muñoz Bernardo es el autor de la transgresora obra que desde este jueves se podrá disfrutar en la Catedral de Salamanca. Bautizada como «Jesús como piedra angular de la humanidad», muestra todas las realidades actuales a las que se enfrentan las sociedades. El artista muestra en esta representación artística cinco zonas diferenciadas, pero que crean una simbiosis perfecta. En algunas de ellas enseña la riqueza de las sociedades, pero también sus sombras con representaciones de figuras como prostitutas, personas sin hogar o toxicómanos. La obra, comenzada por el artista en junio de 2018, fue un encargo del canónigo emérito de la Catedral Daniel Sánchez.

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Durante la presentación de esta obra, elaborada sobre lino belga de primera calidad y en formato horizontal, estuvieron presentes Antonio Matilla, deán de la Catedral; Roberto José Martín, alcalde de Guijuelo y otras autoridades, junto a familiares y amigos del pintor como Vicente Sierra Puparelli.

El autor explicó, durante la presentación, los objetivos que persigue con una representación artística que muestra escenas desoladoras, pero que posiciona a Jesucristo en el centro como símbolo de esperanza: «El tema formal de esta obra nos refiere a Jesucristo como figura fundamental en el devenir histórico de la humanidad. En un mundo con grandes desequilibrios sociales y económicos que se traducen en movimientos convulsos y ritmos a veces contrapuestos, es una de las constantes en mis obras donde, aparentemente, el caos no es más que un desorden ordenado», manifestó.

Asimismo, el pintor guijuelense mencionó las partes en las que se divide la obra. En un primer lugar, el artista representa «la riqueza financiera y el lujo de las grandes urbes» en la parte alta de la izquierda, mientras que, en la parte alta de la derecha, se muestra «la riqueza industrial o la explotación de los recursos». Por otro lado, en el cuarto inferior izquierdo «se cobija el submundo de la ciudad», según su creador, con aspectos como la medicidad, la prostitución o la drogadicción. A su vez, en el cuarto inferior derecho se muestra la lucha por la acaparación de los recursos: «Estas situaciones dan lugar a la explotación y denigración de los semejantes y, sobre todo, la guerra, que provoca bajas humanas, materiales, patrimoniales, desplazados, los que huyen de la pruna en busca de mejores oportunidades, la orfandad...»

Junto a ello, entre todas estas situaciones, se representa también a las ONGs intentando paliar las dificultades, a la Iglesia católica, con la figura papal resaltada de blanco y otras figuras alegóricas que rodean a la imagen central de Jesucristo, como la caridad, la justicia, la ilusión, la esperanza, la fe, la igualdad o la libertad.

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Muñoz ha trabajado en la obra con instrumentos tan variados como brochas, pinceles, esponjas, trapos y espátulas. La técnica pictórica empleada deja un resultado que resulta un enigma para muchos amantes del arte: «Los materiales, tanto de esta como de la mayoría de mis obras, son aglutinantes que envuelven una mezcla de pasta industrial, linaza, barnices y distintas clases de arenas, una técnica mixta cuya base cromática es el óleo y, sin embargo, la apariencia final queda exenta de brillos y estridencias, acorde con los tonos del entorno», explicó.

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