La promesa del silencio regresa al Patio de Escuelas

Ángel Benito

Salamanca

Martes, 15 de abril 2025, 22:03

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La ciudad arropó como nunca a la Hermandad Universitaria. Ya fuera por la ausencia de procesiones el Lunes Santo y las previsiones aciagas para los próximos días, la suspensión el pasado año; o por las ganas de vivir el Martes Santo, pero lo cierto es que tanto en la plaza de San Isidro ni en todo el itinerario de Libreros hasta el Patio de Escuelas cabía un alfiler.

Resonó el 'Gaudeamus Igitur' para ver salir al paso del Cristo de la Luz y Nuestra Señora Madre de la Sabiduría y no se escaparon aplausos, en un proceso pedagógico de la cofradía que cada vez va calando más entre salmantinos y visitantes. El cortejo fue de los más numerosos de los últimos años. Ya el hermano mayor, Rubén Julián Zazo, advertía de que, a pesar de que el año pasado se suspendió el número de cruces retiradas había sido mayor que el anterior. Apesar de que la cofradía salmantina tiene en nómina solo 200 hermanos, lo cierto es que su nivel de participación es de los mayores de la Semana Santa salmantina. Sandalias de esparto y cruces sin labrar al hombro, los cofrades se dirigieron al Patio de Escuelas para hacer la promesa del silencio.

Finalmente, el encargado de pronunciar la oración de Juan Iglesias fue Víctor Tejedor Hernández, miembro de la Hermandad Universitaria, licenciado en Psicología y doctor en Educación por la Universidad Pontificia. En esta ocasión acudieron varios doctores y personalidades de la institución pontificia que fueron invitados entre ellos el decano de la Facultad de Comunicación, Fernando Galindo, a los que se sumaron los doctores y catedráticos de la Universidad de Salamanca. «Queremos que lo que ahora estamos escenificando, cargando cada uno con su cruz, no quede solo en un gesto romántico y sentimental», se dirigió Tejedor a los cofrades citando la oración escrita por Juan Iglesias antes de que el capellán de la Universitaria tomara promesa de silencio a los universitarios en un acto seguido con escrupuloso silencio solo roto por las notas del coro.

Sobre los lectores, la espectacular fachada del Edificio Histórico de la Universidad. Frente a ellos, la imagen cómplice del Cristo de la Luz y Nuestra Señora Madre de la Sabiduría. Testigo de todo ello Fray Luis de León. Una imagen para la que las palabras siempre se quedan cortas. Plaza de Anaya y Rúa Mayor, completamente llenas para ver el regreso pese a las bajas temperaturas. Solo se escuchaba al Trío Christus y la Banda de Piedrahita. Respeto en la ciudad.