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La red de abastecimiento de agua aún tiene 98,4 kilómetros de tuberías antiguas de fibrocemento, una red vetusta que acapara las averías que se producen en la ciudad. Estas canalizaciones se encuentran en la zona de la avenida de Lasalle, en el Polígono El Montalvo, en el Barrio San José, en la margen derecha del Barrio Vidal, así como en el Camino de las Aguas, en la carretera de Aldealengua, en la avenida de San Agustín y en Garrido.
Este año se renovarán 3.681 metros de tuberías antiguas, acciones que comenzará este verano con la previsión de que los trabajos terminen antes de que acabe el año, según ha avanzado en comisión la concejala de Medio Ambiente, María José Coca. La ejecución del plan, cuyo coste está incluido en los presupuestos, se divide en cinco lotes.
El primero se centra en los barrios Vidal y Blanco, en concreto en la calle Alfareros, Marineros y Profesor Lucas, donde se ha detectado un elevado número de averías dado el mal estado de la red en estos puntos. El segundo lote se destina a la avenida de San Agustín y la próxima calle La Docencia (junto a las piscinas de Garrido). En los últimos ocho años en ambas vías se han detectado 20 averías.
Por eso también tendrán prioridad para renovar un total de 992 metros. En las calles Orense, Fuengirola, Gerona, Alicante y Fontiveros, en el barrio de El Rollo, se instalarán 772 metros lineales nuevos. En el barrio Vidal las actuaciones se centrarán en calles como Carpinteros y Cuchilleros, donde se cambiarán 553 metros por materiales nuevos. En este caso se conoce que el plazo de ejecución de los trabajos será de 12 semanas. El último lote se centrará en el barrio de Prosperidad, la parte del Camino de las Aguas que aún no se ha renovado. Serán tres meses lo que llevará sustituir 436 metros de tubería.
El fibrocemento es un material que fue muy utilizado hace décadas en la rama de la construcción. Cuenta con 12% de amianto, 82% de material cementoso y 6% aditivos. Al incluir amianto, si se produjera una rotura en fibras o las tuberías de este material estuvieran en mal estado, podrían generar problemas de salud graves de tipo respiratorio, por lo que su retirada requiere el cumplimiento de un protocolo específico para garantizar la salud de los trabajadores y de la población, procedimiento que afrontan empresas especializadas tanto en la retirada como en la gestión de los residuos.
Dado que estas tareas son muy costosas y que no existe ningún peligro si el material no está deteriorado, los trabajos de renovación del Ayuntamiento de Salamanca no prevén la retirada de las antiguas tuberías. Esto tiene un beneficio, ya que ahorra costes en protocolos de extracción. Además, según ha señalado la concejala de Medio Ambiente, María José Coca, si el material queda enterrado sin uso, no implica ningún riesgo.
Cabe recordar que las tuberías de fibrocemento tienen una vida útil que, en promedio, que puede oscilar entre 30 y 50 años. Sin embargo, su durabilidad depende de varios factores. Uno de ellos son las condiciones climáticas. La exposición al sol, la humedad y los cambios de temperatura pueden afectar la estructura de la tubería, provocando grietas o desgaste. Uso y la presión del agua también las puede deteriorar. Las tuberías que soportan una mayor presión o que transportan agua con sustancias abrasivas pueden deteriorarse más rápido. No obstante, las tuberías bien mantenidas pueden durar más tiempo, así como las que han sido bien instaladas.
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