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Miércoles, 25 de marzo 2020, 23:02
Los Juzgados de Salamanca han acogido el primer juicio por incumplir la orden de confinamiento. La acusada, una vecina de Villamayor fue interceptada el martes por la tarde, cuando salió de casa simplemente para comprar vino y al ser descubierta por la Guardia Civil se mostró desafiante negándose a volver a casa, tras lo que se resistió a su arresto e incluso pateó a una agente en un muslo y en los genitales. Como consecuencia de los hechos, la mujer fue detenida por desobediencia grave y resistencia a los agentes.
Según ha podido saber LA GACETA, el Juzgado de Instrucción número Cuatro de Salamanca acogió ayer un juicio rápido contra la mujer, que ha aceptado el pago de una multa de 840 euros por un delito de resistencia a los agentes de la autoridad y otro leve de lesiones, además indemnizará a la agente en 210 euros.
Según informan fuentes del caso, la infractora ha visto reducida su pena al aceptar la condena que le solicitaba la Fiscalía, que ha tenido en cuenta que en el momento de los hechos la mujer se encontraba embriagada y por tanto ha estimado que en su caso concurre la atenuante de alcoholemia.
Los hechos ocurrieron este martes cuando los agentes fueron alertados de la presencia de la mujer en la vía pública que estaría incumpliendo la orden de confinamiento. Tras recorrer varias veces el entorno de su domicilio, la buscaron en las proximidades del supermercado de la localidad, situado en la calle La Fragua, por si hubiera ido a hacer alguna compra de primera necesidad.
Pasadas las 19.00 horas, la localizaron cerca del establecimiento, en la calle de la Iglesia. Portaba una bolsa en la mano que contenía una botella de vino blanco y otra de vino tinto, y además tenía sangre en el labio, por lo que los agentes le preguntaron el motivo y ella respondió sin más que desconocía que tuviera tal herida. Al indicarle que los artículos que llevaba no son de primera necesidad y que debía volver a casa, la mujer les espetó: “No me voy a casa porque no me da la gana, puedo estar donde quiera”.
Pese a advertirle de que tal actitud podría conllevar su detención por desobediencia grave, la mujer continuó desafiante y cuando se le comunicó su arresto, se resistió. Tras ser detenida, fue trasladada al centro de salud de Santa Marta por la herida que presentaba en el labio y luego a las dependencias de la Guardia Civil. Pero la cosa no quedó ahí y cuando estaba siendo cacheada, se revolvió contra la agente que procedía a la inspección y comenzó a propinarle patadas en un muslo y en los genitales, de manera que cuando la arrestada se tranquilizó la cacheó de nuevo y posteriormente la agente acudió al centro de salud para ser curada de las lesiones infringidas.
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