El presidente de las Cortes cuestiona que la Universidad de Salamanca sea la más antigua frente a la de Valladolid

Este lunes ha tenido lugar el el 41 aniversario del Estatuto de autonomía de Castilla y León, un acto institucional que se ha celebrado en las Cortes de la comunidad, cuyo presidente, Carlos Pollán, ha dado un discurso que ha encendido la polémica al decir que las universidades de Valladolid y Salamanca compiten por ser la «más antigua».

Estas declaraciones no han sentado nada bien a los miembros del partido político UPL, ya que, según han manifestado, la Universidad de Salamanca se fundó en 1218 por el rey Alfonso IX de León, mientras que la Universidad de Valladolid tuvo que esperar hasta 1241, por lo que no entienden dónde se encuentra la duda.

Pollán, ha defendido también el «juego limpio» en un momento en el que «dura ya demasiado el chantaje de una minoría ruidosa y llena de furia frente al resto de la nación».

El presidente ha pronunciado estas palabras en el acto en el que se ha hecho entrega de la Mellada de Oro de las Cortes, máxima distinción del Parlamento, a todos los medalistas olímpicos y paralímpicos de la Comunidad, a los que ha calificado como «patrimonio vivo» de Castilla y León, «semilla de éxitos» y «ejemplo» para los ciudadanos.

El presidente de las Cortes ha iniciado su alocución con lo que ha considerado una «obviedad». «En política, los consensos, por desables que sean, no son una condición necesaria para la aprobación de normas y la posterior acción de Gobierno», ha explicado, una base sobre la que ha reflexionado sobre el «asenso» como «acción y efecto de asentir» dentro de unos regímenes «en los que el gobernante ordena y manda y el pueblo asiente y obedece».

«No hay en el mundo sociedad política, por experimentada y madura que sea, que no deba permanecer vigilante frente a los peligros del totalitarismo y de la arbitrariedad, vengan de donde vengan», ha defendido Pollán, quien ha defendido el papel de las leyes como «mejor remedio» a estas situaciones.

No obstante, ha afeado situaciones en las que se intenta «alejar la ley del bien común para acercarla a intereses particulares». «Es una trampa cambiar el reglamento a mitad de competición para favorecer a uno de los contendientes, siempre el desleal», ha afeado, tras lo que ha insistido en «chantaje» a la nación de una «minoría ruidosa» con argumentos basados «en su ristra inacabable de agravios comparativos».

«Castilla y León jamás se sumará a esa carrera victimista cuya única meta posible es la frustración sin remedio, en esta tierra se estila el juego limpio, lo que no significa que vayamos a mirar hacia otro lado cuando se infrinjan las reglas», ha explicado, tras lo que ha advertido: «Protestaremos las veces que sea, sin movernos un ápice de donde hemos permanecido siempre: la lealtad a ese proyecto sugestivo de vida en común que llamamos España».

Pollán ha insistido en su alocución en que Castilla y León no se resignará a la que lealtad sea penalizada como no lo hará tampoco a que «la traición sea premiada».

Tras esta reflexión, el presidente de las Cortes ha hecho un repaso al «peso y el poso» de Castilla y León que «ha contribuido de modo decisivo a lo largo de los siglos a la formación de España como Nación y ha sido un importante nexo entre Europa y América».

No obstante, para Pollán: «Toda la rica herencia histórica de la que los castellanos y leoneses somos depositarios no nos hace superiores al resto de los españoles, nos hace sencillamente iguales».

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