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El responsable del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre Las Dunas se acerca a un ejemplar de buitre negro.

Preocupante ocupación de la UCI animal: cerca de 800 animales atendidos

Electrocutados, con disparos, envenenados, atropellados han llegado en lo que va de año 200 animales más que el año pasado a Las Dunas

Lunes, 13 de septiembre 2021, 20:46

Todavía es septiembre y a las instalaciones del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre Las Dunas ya han llegado cerca de 800 animales: 200 más de lo que viene siendo habitual en un año. El motivo no está claro. Su labor es sanar a los animales, de cualquier especie, que llegan y recuperarles para que puedan volver a su hábitat natural.

La llegada de ejemplares heridos hasta Las Dunas se produce de distintas maneras. Aquellos que se encuentran en la ciudad son recogidos por el propio personal, debido a un convenio con el Ayuntamiento de Salamanca, y los del resto de la provincia son transportados hasta el centro por agentes medioambientales o incluso particulares.

Jaime Tejedor, responsable del Centro de Recepción de Fauna Silvestre, explica que a cada animal que entra en el centro se le hace una ficha con unos datos básicos. Cuando llegan por envenenamiento, electrocuciones o disparos, “se avisa a la Junta con las coordenadas donde ha sido recogido el animal para iniciar una investigación”. También se reciben otros ejemplares heridos por causas accidentales, como caída de pollos de los nidos o traumatismos, algo bastante frecuente.

Diversos son los casos, al igual que las causas. Por ello, a cada animal que entra se le hace una primera exploración, para identificar el problema. Ante los traumatismos, si tienen una fractura y se puede, se les opera. Sin embargo, si la lesión es muy severa y complicada se valora si se pueden recuperar o no. En caso de negativa, “tenemos dos opciones: lo llevamos al Centro de Educación Ambiental (CEA) que recoge a los animales que no podemos tratar o si no es viable que esté en cautividad, se le aplica la eutanasia humanitaria”, explica Jaime Tejedor.

El paso de un animal herido por Las Dunas consta de varias fases. Primero, entran a una UCI para monitorizarlos y, si mejoran, pasan a la segunda, el box, un espacio un poco más grande para seguir recuperándose. “Los pollos de aves, cuando ya son capaces de volar los trasladamos a voladeros, donde se ejercitan”, aclara Tejedor. Finalmente, una vez que se les enseña a cazar, “se les anilla y les dejamos en libertad”, añade.

El animal, ya sano y recuperado, es devuelto a su hábitat natural. En la ficha de entrada a Las Dunas se añade dónde fue recogido para, llegado este momento, devolverlo al mismo lugar, excepto si el animal ha sufrido un envenenamiento, electrocución o disparo, que se evita hacerlo para que no les vuelva a ocurrir.

Aunque el centro depende de la Junta de Castilla y León, cabe destacar el importante papel de los voluntarios porque, “vive de las colaboraciones”, explica su responsable. Veterinarios, estudiantes o particulares ayudan en esta labor, que pese a todo, sigue necesitando más apoyo para no dejar de curar y rehabilitar a ningún animal.

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