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Óscar Ike, junto a su perra fallecida, Luna.
Preocupación por la presencia de sustancias que matan a perros en el barrio de Prosperidad

Preocupación por la presencia de sustancias que matan a perros en el barrio de Prosperidad

Una perra fue envenenada el jueves de la semana pasada en el pipican del CAEM | Tras mostrar distintos síntomas, falleció al sufrir una parada cardiaca

Domingo, 23 de octubre 2022, 23:58

“Es un suplicio tener que pensar día a día que, de la noche a la mañana, tu perro se puede morir porque una persona ha echado veneno en una planta o ha echado comida con clavos por el pipican por el que sueles pasearle”. Son las palabras devastadoras que Óscar Ike, un vecino del barrio de Prosperidad, pronuncia después de que, hace unos días, su perra, Luna, sufriera un ataque epiléptico después de ingerir una sustancia tóxica durante el paseo que llevó a cabo con su madre por la zona habilitada para canes, situada al lado del Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM).

Los hechos, que todavía no han sido denunciados, tuvieron lugar el jueves, 13 de octubre, cuando Luna salió a pasear con la madre de Óscar, al estar él ausente por tener que viajar a Valladolid por estudios. “Siempre he paseado a Luna por ese pipican y nunca había tenido ningún problema”, asegura Óscar Ike, desconsolado, mientras recalca que, cuando el veterinario observó por enésima vez a su perra antes de que muriera, les confirmó que había ingerido una sustancia tóxica en polvo que, aunque tardó en afectar a su estado de salud, terminó acabando con su vida. “El jueves, después del paseo, empezó a vomitar. Nosotros no le dimos la suficiente importancia que el tema requería, pero yo, cuando volví de Valladolid, la noté distinta. A Luna nunca le había costado caminar porque siempre había sido una perra con mucha energía y el viernes empezó a sacar la lengua de forma continua, mostrando agotamiento. Entonces, empezó a vomitar bilis. Ya el lunes, cuando yo volví a Valladolid, mis padres se la encontraron desplomada en el suelo. No podía respirar, tenía una hemorragia en la vagina y tenía muchas taquicardias. De ahí que, después, entrara en parada, le vieran los riñones destrozados y que el veterinario al que acudimos no pudiera hacer nada por salvarla”, recuerda Ike.

Esta situación, por la que espera y desea que no vuelva a pasar nadie, le ha servido a Óscar Ike para darse cuenta de que lo que verdaderamente hace falta es que haya más control en los pipicanes de la ciudad. “Estoy seguro de que, si hubiese más control en estas zonas habilitadas para perros, no pasarían estas cosas. En concreto, en el ubicado al lado del CAEM, he notado un poco de descuido. La fuente no funciona y no hay regadío suficiente. Si lo hubiera, quizás, el veneno que ha matado a Luna se hubiese disuelto”, recalca Óscar Ike denunciando una situación que, según muchos profesionales del ámbito de las ciencias veterinarias, suele darse más en primavera, pero que sigue lastrando a las familias que tienen animales de compañía como lo era Luna.

OFICINA DE BIENESTAR ANIMAL

La Oficina de Bienestar Animal se ha pronunciado al conocer este caso por medio de su responsable, la primera teniente de alcalde y concejala de Familia e Igualdad de Oportunidades Ana Suárez, que ha recalcado que la mayoría de envenenamientos quedan en el olvido porque la gente no interpone denuncia. Además, Ana Suárez, ha aprovechado la oportunidad para hablar de cómo avanza la creación de la nueva Ordenanza Municipal sobre Animales de Compañía, la cual sustituirá a la aprobada en 1999 y protege a los mismos, además de que rige su tenencia en los aspectos relacionados con la convivencia humana. “Estamos avanzando con el borrador final. Nos está afectando negativamente el surgimiento de leyes nacionales e internacionales, que han obligado a modificar ciertos puntos de esta normativa local. Para llegar a un acuerdo con los partidos, se están sentando en la mesa miembros de la Oficina de Bienestar Animal, de Salud Pública, de Medio Ambiente, de la Policía Local y de la estructura administrativa del Consistorio”, ha recalcado.

CÓMO ACTÚAN LOS VETERINARIOS

Ángel Portilla, veterinario conocido de la zona por la que solía transitar Óscar Ike con su perra, asegura que, cuando reciben casos de envenenamiento como el de Luna, lo primero que hay que hacer es estabilizar las constantes vitales del animal, conseguir que vomite lo ingerido, hacerle análisis por medio del ámbito de toxicología y, si no es demasiado tarde, suministrarle un tratamiento específico. Las sustancias más comunes en casos de envenenamiento son los pesticidas, los herbicidas, los fracticidas contra insectos o los abonos que se expanden por los campos.

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