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La instalación de piscinas portátiles conectadas a la red de agua pública en algunos puntos de Salamanca, como en San José, el barrio del Carmen o Chamberí, se convierte en un ritual ilegal ya habitual otros años en periodo estival. Esta acción genera polémicas vecinales por las molestias que ocasiona la utilización de las mismas durante el día y la noche.
El presidente de la Asociación Concejo del Tormes, Ricardo Artiles, reconoce que tales comportamientos se repiten cada verano por San José, pero que “ya lo sabe la policía” y que por tanto las personas afectadas “pueden informar a los agentes a partir de las doce de la noche si sufren molestias”.
Actualmente, habitantes de la calle Ledrada, en el Barrio del Carmen, tienen instalada una piscina portátil de plástico, juguetes infantiles y varias sillas en un solar que separa dos edificios de las “casas bajas” del Carmen. Los dueños de la piscina disponen de un hinchador para inflarla y una manguera enganchada a una boca de riego público para llenarla de agua cuando deseen combatir el calor.
Lo mismo ocurre en una superficie ubicada en la calle del Cóndor en Chamberí. La piscina de plástico se encuentra colocada junto a juguetes, materiales de obra, como dos carretillas y otros enseres, en un solar privado del barrio. El Ayuntamiento de Salamanca ya tiene constancia de este registro y procederá a recogerla en los próximos días.
Este mismo mes la Policía Local tuvo que intervenir para retirar otra piscina que se encontraba ubicada, junto a una barbacoa móvil, en la plazuela interior de las calles Moriscos y Miróbriga en el barrio del Carmen. Un hecho prohibido por la normativa municipal y que incomoda a otros convivientes durante el día y la noche.
Según la ordenanza municipal, queda prohibido el ejercicio o la realización de cualquier actividad, instalación u ocupación de la vía pública en el término municipal de Salamanca, careciendo de la oportuna licencia o autorización municipal. Los infractores se enfrentan a multas que pueden variar, según la calificación de la sanción, entre los 600 y los 3.000 euros por el asentamiento de estas piscinas ilegales en la vía pública
En 2019, hacer una barbacoa en la plaza Maestro Barbieri de San José, le costó a un ciudadano 300 euros de multa, según publicó el Boletín Oficial del Estado. Los agentes abrieron expediente a este vecino por una infracción calificada como “muy grave” en la ordenanza que regula la realización de actividades en la vía pública.
Los residentes de este barrio llevan años denunciando que algunos “vándalos” realizan este tipo de acciones, tanto barbacoas como la instalación de piscinas, en plena calle con las consiguientes molestias.
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