Los petardos mantienen en alerta a las familias con perro en Salamanca de cara a Nochevieja

La cuenta atrás para despedir el año y darle la bienvenida al 2024 ha comenzado. En fechas tan señaladas como la Nochevieja, los reencuentros, las risas y los cálidos momentos en familia cobran todavía más vida. También lo hacen las tradiciones, que se mantienen pese al paso de los años. Pero, entre estas costumbres, también ha emergido como protagonista indeseado el estruendo de los cohetes y de los petardos que, en ocasiones, la gente lanza sin tener en cuenta las consecuencias nefastas que esto puede generar en animales como los gatos o los perros, además de en muchos vecinos.

Existen diversas normativas, tanto a nivel nacional como a nivel municipal, sobre la compra y el uso de estos productos o sobre el ruido, incluyendo un catálogo de sanciones considerables, pero, pese a ello, su cumplimiento y su control son relativos.

En el caso del Ayuntamiento de Salamanca, la Ordenanza Municipal para la Protección de la Convivencia Ciudadana establece que, en la capital, disparar o lanzar petardos, cohetes y toda clase de artículos pirotécnicos sin autorización municipal está terminantemente prohibido por el impacto negativo que estos generan y los riesgos a los que conlleva su uso.

Tal y como asegura el adiestrador de perros Pedro Bautista, «las mascotas y, en especial, los perros tienen una sensibilidad auditiva mayor que la de los humanos», lo cual hace que sufran altos niveles de estrés, ansiedad e incluso lesiones físicas en el momento en el que se da una detonación. Por ello, recomienda que, si es posible y el animal no ha podido acostumbrarse a estos estruendos, hay que crear un espacio seguro para ellos.

«La realidad es que la mayoría de los amantes de los perros estaríamos encantados de que no hubiese pirotecnia, pero, desafortunadamente, se siguen lanzando petardos. Para evitar que estos animales sufran en exceso cuando se da alguna detonación, pueden ser adiestrados para que se acostumbren a sonidos así y tiendan a normalizarlos. Para que haya un proceso de habituación, lo que se suele hacer es llevar a estos perros a sitios donde, normalmente, suenan tambores o hay fuegos artificiales. Siempre hay que hacerlo de manera progresiva, empezando por sitios que se encuentran a distancia», asegura Bautista, que también hace alusión a los casos en los que los perros no han podido acostumbrarse a tiempo a este tipo de situaciones: «Cuando los perros no se han acostumbrado a tiempo a estos sonidos, debemos evitar dejarles sueltos en los parques para evitar que, cuando escuchen petardos, se escapen. Hay que llevar a los perros bien sujetos y que los arneses y los collares estén bien colocados por si intentan escaparse para evitar accidentes. Además, si podemos evitar las horas y los lugares en los que más se dan estas situaciones, mucho mejor».

El presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Salamanca, Antonio Rubio, recomienda que, de cara a Nochevieja, lo mejor que se puede hacer para evitar accidentes como consecuencia de la detonación de petardos es no dejar sueltos a los perros. «Si vas por la calle, lo normal es que tengas atado a tu perro porque, al más mínimo ruido, va a reaccionar. Dependiendo del estruendo, va a intentar escaparse o no. De cara a una noche como la de Nochevieja, tienes que preparar a tus animales para evitar que sufran. Resulta clave encontrar un lugar seguro para ellos. De hecho, van a ser ellos mismos los que te indiquen dónde quieren acceder para refugiarse en el momento de una detonación», comenta Antonio Rubio, que también recalca la importancia que tiene el hecho de cerrar bien las puertas y las ventanas o que, en ocasiones, se les deje algún juguete que pueda causarles tranquilidad.

El año pasado, la Policía Local de Salamanca interpuso cinco denuncias como consecuencia del lanzamiento de petardos. En total, hubo tres actuaciones negligentes, pero, en una de ellas, se denunció a tres personas.

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