Tramo próximo al municipio de Robliza de Cojos, en la A-62, donde están realizando unos trabajos de parcheo que están cuestionando mucho los conductores. ALMEIDA

La pésima conservación de las autovías salmantinas pone en riesgo la seguridad

«Echan una capa de slurry, que deja la calzada con un acabado estético pero no arregla nada», explica un experto ingeniero. El tramo de circunvalación de la A-62 y de La Fuente a Ciudad Rodrigo, y la A-66 entre Guijuelo y Béjar, los más deteriorados

Domingo, 28 de julio 2024, 06:00

El pésimo mantenimiento de las autovías que vertebran Salamanca está poniendo en riesgo la seguridad de los conductores. Tramos que una y otra vez se parchean mientras el asfalto vuelve a abombarse sin que ni siquiera pase un año con la calzada en condiciones. La situación en la que se encuentran dos de las tres autovías, la A-62 y la A-66, supone una constante y continua preocupación de los conductores, fundamentalmente de los habituales, pero también de los ayuntamientos por el deficiente estado de conservación que presentan muchos de los tramos que discurren por el territorio salmantino. La situación se agrava en verano por el incremento del tráfico y por el riego que entraña. «No hay datos, pero es extraño que cada vez haya más accidentes en las autovías», afirma un conductor que hace dos o tres veces por semana el tramo de la Autovía de la Plata entre Salamanca y el límite con la provincia de Cáceres.

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Después de años de escasas inversiones y de 'parcheos', el firme de la A-62 se ha convertido en un rally en el que los conductores tienen que ir esquivando ondulaciones y baches si no quieren dejarse los neumáticos en el asfalto, algo que ocurre especialmente en el tramo de la Autovía de Castilla que coincide con la circunvalación a Salamanca. «Ya no sabe uno dónde están los baches», dice el conductor de una de las empresas de mensajería que hace habitualmente el trayecto entre Salamanca y Ciudad Rodrigo. El pavimento está destrozado, en especial el carril derecho, debido al tráfico de vehículos pesados, y muchos conductores lo que hacen, asumiendo el riesgo de que les multen, es circular por el carril izquierdo que está menos deteriorado.

Ingenieros expertos en carreteras señalan a este periódico que el problema de las autovías es de base, «y, si la base está mal en cuanto se usa, vuelven a salir los badenes. Habría que levantar una capa de 50 o 60 centímetros y volverlas a hacer», pero con independencia de lo que el Ministerio de Transportes presupueste para la conservación de las carreteras, los usuarios tienen la percepción de que es muy deficiente su mantenimiento. Una vez más, se aprecia una clara falta de sintonía entre lo que dice el Ministerio y lo que ven los conductores.

«Lo que suelen hacer es echar una capa de 'slurry', que deja el pavimento con un acabado estético, pero poco práctico y, en cuanto llegan las primeras lluvias o pasan una decena de camiones TIR, se va», afirma uno de los ingenieros de una empresa de construcción de carreteras.

Los tramos peores de la A-62 son la circunvalación de Salamanca y el que conecta la Fuente de San Esteban con Ciudad Rodrigo. Pero, con mucho, la peor parte se la lleva la Autovía de la Plata. En la A-66, todos los años hay obras, tramos cortados y a los pocos días vuelve a estar intransitable. Sus deficiencias están vinculadas a una mala ejecución inicial, como reconoció hace años el propio Ministerio y, mientras no se pongan solución a esas deficiencias, el 'parcheado' no es solución.

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