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Una imagen de la cárcel de Topas. LAYA
El peligroso truco de los presos de Topas para 'escaparse' de la cárcel

El peligroso truco de los presos de Topas para 'escaparse' de la cárcel

Profesionales del servicio de Urgencias del Hospital de Salamanca: «Basta con escuchar el motivo de la atención para saber que es un preso»

Javier Hernández

Salamanca

Viernes, 18 de agosto 2023, 11:22

No hace falta ni especificar que se trata de un paciente procedente del Centro Penitenciario de Topas. «Basta con escuchar el motivo de la atención para saber que es un preso y que, además, lo ha hecho a propósito con la única motivación de salir de la cárcel unas horas», apuntan profesionales del servicio de Urgencias del Hospital de Salamanca.

¿Cuál es una de las estrategias más comunes para darse un 'paseo' al Hospital? «Tragarse pilas de botón», explican los sanitarios. Una práctica que entraña un importante riesgo, puesto que en cuestión de minutos puede originar una quemadura química en el aparato digestivo con consecuencias desastrosas para el afectado.

«Desde hace años venimos atendiendo muchos casos de ingesta de objetos por parte de presos. Lo ven como una ocasión de pasar un tiempo en la Enfermería, ser ingresados en el Hospital, quizás un traslado a otra provincia… No creemos que lo hagan con la intención de fugarse, sino solo por cambiar de aires, pero asumen un riesgo importante», detalla uno de los urgenciólogos del Complejo.

En cualquier caso no sería la primera vez que se produce un intento de fuga durante uno de estos traslados. El más reciente fue un recluso que aprovechó la ausencia de un módulo penitenciario en el Hospital de Salamanca. Tuvo que ser trasladado a Valladolid y cuando estaban a punto de llegar al Clínico pucelano se soltó y salió corriendo, aunque los agentes neutralizaron rápidamente la fuga. «Hace años, cuando estábamos en el Clínico, llegó un preso que estaba teóricamente cojo, pero no lo estaba tanto porque tiró las muletas, echó a correr y se escapó durante un buen rato», recuerda uno de los urgenciólogos veteranos.

A la práctica de tragarse pilas de botón se suma también la de ingerir cuchillas. «Tontos no son. Suelen envolverlas para hacerse el menor daño posible. Tú en la radiografía lo que ves es una cuchilla. No sabes si están envueltas, pero hay que actuar de forma inmediata. Si han llegado en un tiempo prudente hay que realizar una endoscopia para extraerla. Si ya pasa al duodeno tienen que permanecer en observación hasta que la echen de forma natural y ver qué consecuencias ha tenido», informan.

«El problema añadido es que al no tener aún el módulo penitenciario para los ingresos, nos encontramos con situaciones complicadas. Tienen que quedarse en Urgencias hasta que resolvamos el traslado: ver si en Ávila o Valladolid tienen espacio, si nos los admiten… Se han dado casos de pasarse casi un fin de semana entero en Urgencias por no poder ingresarles en planta», denuncian los facultativos, que aún se sorprenden de que después de años de tira y afloja no se haya desbloqueado la situación.

Los profesionales del Complejo Asistencial confían en que, para evitar más situaciones así, desde Instituciones Penitenciarias se dé luz verde para que se acometan cuanto antes las obras que hacen falta para rematar el módulo penitenciario de Topas dentro del Hospital de Salamanca.

Este tipo de urgencias no se limitan solo a los presos que quieren 'salir un rato de la celda'. «También son frecuentes los pacientes psiquiátricos». «Tenemos a un hombre al que atendemos muy frecuentemente porque ingiere cosas peligrosas y no es de Topas, sino que tiene problemas psiquiátricos», recalcan los facultativos.

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