Sancti Spíritus
Miércoles, 10 de julio 2024, 12:32
Los días son más largos en la época estival, y sin embargo los días pasan a una velocidad vertiginosa en las piscinas municipales de la provincia. Recintos como el de Sancti Spíritus se convierten prácticamente en una segunda residencia para muchos vecinos del municipio, y para todos aquellos que abandonan su ciudad de residencia para regresar al pueblo natal.
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Otros grupos de jóvenes encuentran en las piscinas municipales su punto de encuentro y ocio a lo largo de todo el verano, y, aunque cada uno viene con sus padres o abuelos, una vez dentro, y aunque sus toallas ocupen distintas zonas de césped y sombrillas, junto a sus familiares, se encuentran en los vasos para darse juntos un chapuzón, en grupo, independientes de sus tutores legales.
Es el caso de Fabio Domínguez, Martín González, Noa Martín y Noelia Sánchez, un grupo de chicos de 11 años y chicas de 12 años, procedentes de distintos lugares, como Salamanca y Toledo, aunque también de Sancti Spíritus. «Somos amigos de verano, desde pequeños», señalan los jóvenes. Además de la piscina, sus hobbies veraniegos de extienden a pescar cangrejos en las inmediaciones del río.
Julia González e Iratxe Regatos, de 15 y 17 años, residentes en Toledo y en el País Vasco, respectivamente, se reencuentran cada verano en esta piscina. «Este es nuestro pueblo», afirman. Entre baño y baño pasan el rato en la terraza del chiringuito, distraídas con una partida de cartas, un pasatiempo que hace gala de la expresión «old but gold», y que no puede faltar en una auténtica tarde de «piscineo».
Su amistad de remonta a la infancia, y, aunque ellas, como la mayoría, tienen más costumbre de ir al recinto por las tardes, también acuden alguna que otra mañana. «Venimos todos los días», y acuden con un gran grupo de amigos. «Podemos llegar a ser quince, aunque la mayoría de los amigos veranean en agosto, es cuando más gente viene al pueblo», explican las adolescentes. Aunque algunos viven también el resto del año en Sancti, la mayoría residen fuera.
Hasta cinco horas diarias pueden pasar estas dos amigas en las instalaciones municipales, y, si se quedan a comer, ya sea en el bar o de tupper, «prácticamente estamos todo el día». Nuevas zonas como la de canastas y las camas elásticas son algunas de las mejoras que agradecen y enriquecen este particular «resort del medio rural». Además de jugar a las cartas, toman el sol, escuchan música y, aseguran, «pasamos el tiempo hablando de los cotilleos que hay en el pueblo».
Actividades como la natación para los niños y el aquagym para los adultos se unirán pronto al verano cultural con juegos de piscina, alejando a la población de forma pasajera, pero muy eficiente, de las pantallas de los móviles. Alexandra Hernández, Lucía Martín López, Sergio Martín López, Cristina López y Ascensión Hernández disfrutaron de una mañana de relax.
Los límites entre familia y amigos se difuminan en verano. Vecinos de la localidad como ellos acuden con sus hijos en compañía de una abuela con su nieta, sin parentesco entre ambos núcleos familiares, y otros amigos con los que pasar el día. Ascensión Hernández es un ejemplo de abuela que acude a la piscina para que sus nietos disfruten. Su entrega es total, y es que ella no se baña. «No me gusta, me quedo aquí en la sombra, y con mi sombrero».
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