Isabel Jiménez Franco es oftalmóloga en el Hospital Universitario de Salamanca y especialista en glaucoma, una patología ocular que afecta a unos 52.500 castellanoleoneses y a 7.196 salmantinos, según los datos aportados por la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) en el Día Mundial de la enfermedad—12 de mazo—.
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¿Qué es el glaucoma?
—Es una enfermedad del nervio óptico irreversible que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante sobre el que podemos actuar es la presión intraocular (PIO) elevada. Hablamos de glaucoma cuando constatamos que el nervio óptico (que actúa como conductor de la información desde el ojo hasta el cerebro) está afectado. En cambio, hablamos de hipertensión ocular cuando únicamente la PIO esta elevada, sin daño en el nervio óptico.
¿Por qué se denomina la ceguera silenciosa? ¿Cómo se desarrolla?
—El glaucoma crónico es indoloro. Generalmente daña el extremo exterior de la visión y se desarrolla lentamente hacia el interior. Sin controles oftalmológicos periódicos por un médico, probablemente no se note ningún síntoma hasta que afecte seriamente a la visión. Es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo y no existe cura, pero un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a retrasar su progresión y a evitar la ceguera en más del 90% de los casos.
¿Cuáles han sido los últimos tratamientos puestos en práctica en el Hospital de Salamanca?
—Existen diferentes alternativas para el tratamiento del glaucoma, si bien todas tienen el mismo objetivo: lograr disminuir la presión ocular, para evitar el daño en el nervio óptico y por consiguiente prevenir que la pérdida de visión continúe. Los últimos puestos en práctica han sido: trabeculoplastia láser, miggs. cirugía minimamente invasiva, cirugía minimamente penetrante, entre otros.
¿Cuáles son sus síntomas?
—Esta enfermedad afecta aproximadamente a un millón de personas en España, lo cual supone un 3% de la población y el problema es que se calcula que solo la mitad de los pacientes saben que lo padecen y esto se debe a que, en un principio, el glaucoma no produce síntomas, radica en que es una patología asintomática hasta fases muy avanzadas. Dado que la incidencia de glaucoma aumenta a partir de los 40 años, se recomienda realizar una revisión oftalmológica anual a partir de esta edad para descartar la enfermedad. La pérdida de visión que ocurre en estadios precoces suele ser periférica, sin afectar a la visión central, lo que hace que a los pacientes les resulte muy difícil de detectar.
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¿A quién afecta el glaucoma?
—Ciertos grupos de personas tienen más riesgo: mayores de 60 años o con antecedentes familiares. La provincia de Salamanca es una de las zonas especialmente castigadas por este problema. La sierra es una zona endémica de glaucoma pseudoexfoliativo: un tipo de origen genético, de ahí que exista mayor incidencia en áreas con tradición endogámica, donde conviven las familias con miembros afectados.
¿Qué se busca en el Día Mundial?
—En el Día Mundial del Glaucoma se busca llamar la atención de la sociedad sobre una enfermedad crónica, silente en la mayoría de los casos, pero muy grave, ya que puede llegar a causar ceguera.
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