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Álex Vivero (guitarra), Shuarma (voz), Julio Cascán (bajo) y Jordi Ramiro (batería) son Elefantes.
«Nunca fuimos un grupo de masas, pero tenemos un público muy entregado»
ENTREVISTA AL BAJISTA DE ELEFANTES

«Nunca fuimos un grupo de masas, pero tenemos un público muy entregado»

La banda barcelonesa llega al Palacio de Congresos para celebrar con los salmantinos su 30 aniversario

Roberto Zamarbide

Salamanca

Viernes, 11 de abril 2025, 07:40

Este año presentarán su disco de recopilación en cerca de 70 conciertos por toda España. Shuarma, Julio, Jordi y Álex traen hoy a Salamanca su canto al amor, enfundados en su inconfundible estilo musical, que les ha granjeado la popularidad de un público fiel.

No han vuelto a Salamanca como banda desde su regreso en 2013. Su público les tiene ganas.

—Así es. Y, de hecho, después de tanto tiempo, yo tenía cierta insistencia. Encontramos el momento, pero hubo que posponer el concierto. Parece que Salamanca se nos resistía. Para una banda de Barcelona puede parecer que nos queda muy lejos, pero somos de picar piedra y de ir a todos los sitios. Nos gusta hacer giras extensas e ir a ver a la gente a su casa.

Con ocasión del 30º aniversario han reunido sus éxitos en un disco que parece una presentación para nuevos públicos. ¿Era la idea?

—En realidad, es una gira para celebrar con nuestros seguidores de siempre, pero sí, este repaso a 30 años de música es un buen momento para que la gente a la que le suena la banda Elefantes pero no nos conoce mucho, pueda acercarse a nuestras canciones.

¿Qué recuerdos tiene de aquellos inicios del grupo, cuando Shuarma y Jordi le escogieron como bajista?

—Yo era un chaval muy joven, apenas 20 años, sin experiencia, y me juntaba con unos chicos algo mayores que yo, con un proyecto que pintaba muy bien. Era muy emocionante. Así que me pegué como una lapa para aprender y disfrutar. ¡Se me hace que estos años han pasado volando! Hoy tengo la sensación de que hemos hecho muchas cosas y lo hemos pasado muy bien. Ha sido un viaje divertido en el que seguimos. La banda está en uno de sus mejores momentos.

¿Disfrutan ahora más de la música?

—Sin duda. Siempre la hemos disfrutado mucho, pero el aprendizaje de estos años nos ha llevado a divertirnos igual, pero sin generarnos mucha expectativa. Ser conscientes de que el éxito está en el propio camino.

Quizás hace unos años el concepto de éxito se asociaba a ventas de discos y ser número 1 de tal o cual lista. La escena ha cambiado un poco.

—Sí, había más presión y, tal vez, se disfrutaba menos. Ahora sabemos que lo realmente importante de nuestro trabajo es hacer buenas canciones y que lleguen al corazón de alguien, que se sientan identificados con ellas. Por eso quisimos dedicarnos a la música.

El grupo hizo una pausa de 2006 a 2013. ¿Tuvo que ver con algo de eso?

—Éramos una banda joven que había alcanzado mucha popularidad. Y esa presión nos quitó las ganas de seguir. Visto con perspectiva, necesitábamos un descanso, asimilar todo eso, experimentar. Y, una vez que cada uno hizo un camino por su cuenta, comprendimos que echábamos de menos volver a casa.

Su estilo, entre el rock y el pop, les da una personalidad muy definida y complicada de etiquetar. ¿Alguna vez hubo debate interno sobre el camino a seguir?

—Siempre hubo debate y muchas veces nos hemos sentido 'outsiders', que no encajábamos mucho en ningún sitio. Nos lo decían las discográficas: demasiado comerciales para la música indie, demasiado indies para la música comercial. No lo podemos evitar, y al final te das cuenta de que ese es nuestro valor. Nos expresamos así y, con el tiempo, nos hemos ido quitando prejuicios. No hay que intentar agradar a todos. Nunca hemos sido un grupo de masas, pero tenemos un público muy entregado.

Cuando habla de quitarse prejuicios, ¿hablamos de cuando tocaron con Raphael en Navidad o versionaron a Perales con Love of Lesbian y Sidonie, verdad?

—Absolutamente, de eso se trata. Hacer el Te quiero generó controversia, era arriesgado. Pero Perales es uno de los mejores compositores que tenemos en España, tiene unos temas tremendos y nos gusta hacer versiones. Nos dijo que le gustó mucho y, al final, le engañamos para que viniera a grabar el vídeo con nosotros...

Entre letras, melodías y actitud en escena, ¿a qué le da más importancia Elefantes?

—Nosotros mimamos muchísimo las canciones en todos los aspectos. Además, tenemos la suerte de que Shuarma es una bestia en escena, tiene ese magnetismo que no le puedes quitar la vista de encima porque el tipo no para. Creo que el musical 'Antoine', para el que hicimos la música y él interpretaba al Principito, nos sirvió para aprender de teatro e incorporarlo al grupo.

En su recopilatorio '30 aniversario' o tratado sobre jardinería presentan una canción nueva, 'Ese amor'. ¿Qué quieren contar? Y de paso, explíquenos ese título tan peculiar.

—Habla de lo que sentimos entre nosotros y con el público. En estos 30 años hemos ido cultivando nuestro jardín, que está ahora más bonito y lleno de flores que nunca. Nos sentimos artesanos de la música, nos gusta lo que hacemos y estamos muy agradecidos. Con esto de la jardinería queríamos darle a la gente un poquito más de poesía, porque el rollo '30 aniversario' es muy prosaico.

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