Nuevos tratamientos para el cáncer de mama y la leucemia infantil. Últimos avances del Centro del Cáncer de Salamanca

La pandemia no ha frenado la investigación en el campo oncológico, todo lo contrario, en lo que va de año varios científicos del Centro del Cáncer han dado a conocer importantes novedades para estrechar el cerco a las enfermedades oncológicas.

Uno de los últimos avances ha sido el conseguido por el equipo de Atanasio Pandiella en la investigación de los tumores de mama. Junto al Hospital Clínico San Carlos de Madrid ha conseguido mejorar el tratamiento de los HER2 positivo, un tipo de cáncer que afecta a una de cada cinco pacientes que son diagnosticadas. Los investigadores han utilizado una serie de fármacos de nueva generación, denominados PROTAC, que actúan contra proteínas implicadas en el crecimiento tumoral, una especie de fármaco ‘inteligente’. “Este tipo de medicamento no solo inhibe o frena el desarrollo de las proteínas de los tumores, sino que también las destruye aprovechándose de la propia maquinaria celular”, detalló el científico hace apenas quince días cuando se dio a conocer esta mejora.

Hace también solo un par de meses que el equipo de Isidro Sánchez publicó un estudio en el que se han demostrado cómo los antibióticos, infecciones y cambios en la flora intestinal podrían ser desencadenantes de la leucemia linfoblástica aguda de células B, la forma más común de cáncer infantil para la que un 5% de los niños sanos tienen una predisposición genética.

Su objetivo es ser capaz de prevenir la leucemia infantil. El descubrimiento realizado supone un cambio de paradigma y proporciona una información muy útil a la hora de entender la leucemia para desarrollar estrategias de prevención.

En fechas recientes, el laboratorio que dirige Alberto Orfao ha desarrollado un modelo que permite predecir la evolución de la mastocitosis sistémica, una enfermedad hematológica considerada rara por su poca prevalencia, aunque, según el investigador podría tener una mayor prevalencia oculta por la dificultad de su diagnóstico. Orfao detalla que el modelo desarrollado por su laboratorio permite que los pacientes puedan conocer cuál va a ser la evolución de la enfermedad. “Este sistema nuevo identifica muy bien a un grupo muy grande que no va a evolucionar, otro con alto riesgo de evolucionar en cinco años y queda un pequeño grupo incierto que no es tan seguro el pronóstico, pero que se pueden reanalizar con posterioridad”, detalla el investigador del CIC.

Estas investigaciones son una muestra de la importancia de los estudios del Centro del Cáncer, la Universidad y las empresas vinculadas.

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