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Hace justo un año se reportaban en Salamanca varios brotes de sarna en residencias universitarias, además de otros casos aislados en la consultas de Atención Primaria.
Coincidiendo de nuevo con el inicio del curso, los especialistas en Medicina de Familia de Salamanca -y también los pediatras- coinciden en que «otra vez estamos viendo bastantes casos de sarna». «No son tantos como los del año pasado, pero sin duda ha vuelto», puntualizan
A diferencia de lo que sucedió en 2022, los pacientes que llegan a las consultas de Primaria -en su mayoría jóvenes y niños- no forman parte de brotes grupales como los siete jóvenes que convivían en una misma residencia universitaria y tuvieron que ser 'rastreados' para asegurarse de que los contagios no se siguieran extendiendo.
La sarna sigue siendo una enfermedad presente en el primer mundo y en la provincia de Salamanca se detecta algún caso todos los meses, pero suele ser entre septiembre y octubre cuando se realizan más diagnósticos.
La sarna es un pequeño parásito -como unas arañas- que copula en la superficie de la piel. La hembra se dedica a excavar y hacer surcos dentro de la piel del paciente para poder depositar los huevos, lo que provoca un intenso picor, especialmente por las noches, que es cuando más activas están.
De hecho, una de las formas de diferenciar la sarna de otros problemas en la piel que puedan tener síntomas similares es el insoportable picor que reportan los afectados, que no consiguen dormir hasta que están completamente sanados. «Cuando hay niños con dermatitis y piel atópica que se tratan con corticoides y que ni siquiera así mejoran, es un indicio de que puede tratarse de un caso de sarna», apunta el pediatra José Ruano.
Los dermatólogos aclaran que rascarse no sirve de mucho porque no daña al ácaro. Es tan pequeño que lo único que se consigue es desplazarlo de un lugar a otro, pero no lo mata.
La sarna se contagia mediante un contacto piel con piel muy estrecho. Es frecuente que suceda en verano porque se visten menos prendas y hay más partes del cuerpo descubiertas. Se contagia mucho dentro de las propias familias -hijos que se lo pasan a sus padres-, y muy especialmente entre los jóvenes en edad universitaria que tienen relaciones sexuales con más frecuencia y, por lo tanto, se someten a un mayor riesgo.
Más allá del piel con piel, existen discrepancias entre los propios facultativos sobre la posibilidad de contagiarse a través de las prendas de ropa.
Hace dos años circuló el rumor de que se habrían producido contagios en los probadores de las tiendas de ropa por haberse puesto prendas que previamente se había probado alguien con sarna.
Hay dermatólogos que consideran «técnicamente posible, pero muy poco probable» esta opción de contagio porque el ácaro necesita el contacto con la piel para sobrevivir y no podría aguantar mucho tiempo en la ropa, pero otros médicos creen que «incluso con las prendas de segunda mano que ahora se compran por plataformas de internet existe riesgo de contagio, porque muchas veces no las desinfectan ni el que las vende, ni el que las compra cuando la recibe».
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