Más de una veintena de solares y ruinosos edificios, algunos de ellos con más de cuatro siglos de antigüedad como el Colegio Menor de Pan y Carbón o el Seminario de Carvajal, empobrecen y distorsionan desde hace décadas el casco histórico de Salamanca. Un problema enquistado al que los sucesivos gobiernos municipales han tratado de poner solución sin conseguirlo durante las últimas décadas.
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Hoy son prácticamente las mismas parcelas para las que el exalcalde Julián Lanzarote comprometió una solución en 2008. Y no han variado mucho desde que en 2017 el Plan de Gestión de la Ciudad Vieja fijó una hoja de ruta no solo para acabar con ellos, sino para disimularlos mediante «trampantojos» hasta que les llegase la solución definitiva.
Aunque se ha llegado a barajar la posibilidad de expropiarlos o de obligar a los propietarios a la venta forzosa, el Ayuntamiento lo ha descartado no solo por el alto coste que supondría para las arcas municipales, sino también porque, según los técnicos, es muy probable que esos procesos acabasen en largo litigios judiciales.
Por ello, desde la Concejalía de Fomento y Patrimonio se ha optado por las medidas coercitivas. Más allá de las órdenes de limpieza y de vallado que se remiten a sus propietarios, como los enviados esta semana a los de parcelas de San Narciso, San Gerardo y Corralón de San Vicente, el Consistorio ha aumentado la presión sobre los titulares de los que tienen un mayor impacto negativo en la imagen patrimonial de la ciudad. Así, el concejal ha firmado esta misma semana requerimientos en los que da tres meses de plazo para que los dueños de los solares situados en los números 13 y 49 de la Rúa presenten en menos de tres meses un proyecto constructivo. Se trata de los terrenos del antiguo hotel Universal y de la parcela en la que en 2010 se halló un cubo —una especie de torreón— del antiguo castro —muralla— del periodo romano.
De los edificios del siglo XIX que se levantaban en ellos solo se conservan las fachadas apuntaladas con grandes vigas. Si los propietarios no presentan un proyecto, la administración municipal les obligará a cambiar los puntales y colocarlos por la parte interior de la fachada para que no se vean desde la Rúa. Es una intervención que supondría un importante desembolso económico por parte de los titulares, una medida coercitiva para obligarles a avanzar en el desarrollo urbanístico de estas parcelas.
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El pasado jueves, Carabias firmó otro edicto dirigido a unos de los edificios históricos que se encuentran en la lista roja del patrimonio de Icomos, el colegio menor de Pan y Carbón. Situado en la calle que le da nombre, la construcción del siglo XVI albergó el más antiguo colegio de Salamanca, fundado en 1386. Desde hace décadas está totalmente destartalado y el pasado 17 de junio sufrió un pequeño incendio. Tras este incidente y una visita de técnicos municipales, esta misma semana se ha exigido a los propietarios que lo limpien y desbrocen para mantenerlo «en condiciones adecuadas de seguridad, salubridad, ornato público y habitabilidad».
Frente a estos casos, en las calles Serranos, Placentinos, Libreros y Carniceros se han finalizado recientemente proyectos de construcción sobre solares que se encontraban sin uso.
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