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El servicio de Ginecología del Hospital de Salamanca ha puesto en marcha una novedosa 'Unidad de atención ginecológica de la paciente con cáncer' que viene a cubrir «todas esas situaciones en torno a las mujeres con cáncer y que hemos detectado que no ... se estaban atendiendo, o que sí se atendían pero de una manera desigual», apunta la responsable del servicio, María José Doyagüe.
La inspiración de esta nueva Unidad parte de dos evidencias: que la prevalencia del cáncer -y la supervivencia- está aumentando, pero al mismo tiempo, que ese crecimiento «obliga a hablar no solo de supervivencia, sino también de calidad de vida, respondiendo a algunas necesidades que hace años podían ser impensables, porque solo se pensaba en luchar por la vida».
La nueva unidad del Hospital de Salamanca, en colaboración con la Unidad de Reproducción, prestará especial atención a la 'preservación de la fertilidad y asesoramiento reproductivo' de las mujeres con cáncer. Es decir, mujeres que aún están en edad reproductiva y, de repente, reciben el diagnóstico de un tumor. «Antes de que empiecen a recibir la quimio, para evitar que dejen de tener esa opción, les ofrecemos la posibilidad de preservar y congelar sus ovocitos, por si en un futuro quieren ser madres», explica la doctora Tatiana Costas, que gestionará la consulta junto con la experta en Oncología ginecológica, María de Marino. Esta preservación de la fertilidad se hace, además, en muy poco tiempo, para que no implique retrasar el inicio del tratamiento. «Es una preservación específica porque a pacientes que tienen un tumor no se les puede administrar cualquier tratamiento hormonal. Con una medicación específica se puede tener la preservación de fertilidad hecha en apenas 15 días».
Esta criopreservación se puede extender durante años. «Un tratamiento de cáncer de mama, por ejemplo, se puede prolongar de 5 a 8 años y cuando acabe ese proceso, los ovocitos seguirán preservados perfectamente», apuntan las especialistas.
Otro de los aspectos más importantes de los que se va a ocupar esta consulta es «el tratamiento de todos los síntomas genitourinarios y vasomotores». Es decir, cuando estas mujeres se someten a tratamientos de quimioterapia -o superan cánceres ginecológicos en los que ha sido necesario retirar los ovario- van a entrar en un fallo ovárico. «Van a dejar de ovular, entran en menopausia y lo hacen con todos los síntomas añadidos a una menopausia», detalla María José Doyagüe.
Para combatir esos síntomas -teniendo en cuenta que suelen ser mujeres que entran en menopausia en edades muy tempranas a causa del tumor- se emplean tratamientos hormonales sustitutivos u otro tipo de tratamientos cuando se trata de tumores hormonodependientes. «Está pensando para las mujeres que cumplen el criterio de edad: antes de la edad normal de aparición de la menopausia. A partir de entonces ya vendrá la senectud y el efecto que eso tenga sobre las mujeres».
Pensando también en la calidad de vida de las afectadas, la nueva unidad presta especial atención a la sexualidad del paciente. María de Marino habla de «ser muy proactivas». «Si a una paciente le preguntas por un problema o una patología, te lo va a contar, pero si no le preguntas por ese aspecto en concreto, es como si no existiera porque solo está centrada en superar el cáncer. Tenemos que ir a buscar ese malestar que le causa no tener una buena calidad de vida, como puede ser la vida sexual», explica.
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