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Llegan las fechas navideñas y Juan Manuel Corchado asegura que se toma este periodo como una necesaria «desconexión» para llegar con fuerzas renovadas al inicio de 2025. Pasa estos festejos fuera de Salamanca junto a la familia aprovechando para «descansar y disfrutar» de lo que no deja el día a día. Ya sea leer el libro que quedó pendiente en la mesilla o un paseo en el que no sea necesario mirar el reloj. «Me encanta caminar y es una época en la que aprovecho para estar con la familia y hacer deporte. En verano, me gusta mucho nadar y pasear junto al mar», reconoce. Apesar de no ser goloso, asume que devora los polvorones, el turrón blando de almendras y el turrón de nata nuez. «Siempre abuso de ello, pero en cuanto pasa la Navidad me olvido».
La infancia siempre es un momento en el que la Navidad deja su huella en la retina. «Siempre he tenido dos fechas claves para mí: el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, que lo disfrutaba muchísimo, y la Navidad donde nos íbamos a Zamora a casa de mis abuelos toda la familia junto a mis primos». De aquella época no olvida los paseos junto a su abuelo, pero también los olores evocadores . «Mis bisabuelos tenían una casa antigua en Almeida de Sayago con una cocina-comedor donde lo pasábamos muy bien. Teníamos una gran chimenea y unas vigas de madera donde estaba colgado el jamón y el chorizo que se curaba tras hacer la matanza. Olía a humo, a carne asada, a costillas...».
En el corral, estaban los aperos de labranza y los carros, profesión de su bisabuelo, donde los primos buscaban cualquier recoveco para jugar al escondite. Allí también hacía sus primeras hogueras junto a los primos para asar los chorizos y las patatas envueltas en papel albal para calmar el frío y la humedad de aquellas noches en Almeida.
De adolescente, ya en Zamora capital, también recuerda cómo preparaban la despedida del año. «Recuerdo las primeras celebraciones de la Nochevieja junto a los amigos y la preparación que hacíamos desde principios de la Navidad de los garajes y los locales. Nos lo tomábamos muy en serio», admite.
Posteriormente, las fechas navideñas se convirtieron en sinónimo de vuelta a casa durante el tiempo que permaneció estudiando en Reino Unido o cuando, aún en España, también estaba lejos de Salamanca. «Podía disfrutar del colorido y cómo se preparaba la Navidad en el Reino Unido, pero estaba deseando que llegara la época de los reencuentros con los amigos y la familia».
A escasos días de cerrar el año y empezar 2025, el rector hace un deseo de «salud» para todos los que le rodean y «trabajo» para continuar con los proyectos que se han iniciado bajo su mandato. También espera que las familias afectadas por la dana vayan recuperando su día a día tras la catástrofe y se ponga fin a todos los conflictos que afectan al planeta en todos sus rincones.
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