El necroturismo coge fuerza en Salamanca

Se llama 'necroturismo', pero lo cierto es que, desde hace años, los cementerios son ya una coordenada cultural a tener en cuenta en muchos viajes. El de Salamanca es uno de esos cementerios que más patrimonio artístico tienen.

Un recorrido por la historia de la ciudad, pero también por el valor artístico que atesoran los flamantes panteones con los que salmantinos y turistas pueden toparse en todas y cada una de sus visitas al cementerio San Carlos Borromeo. Cualquier día del año resulta bueno para rememorar la aportación que distintas personalidades ilustres hicieron en la ciudad en distintos ámbitos, pero, en el Día de Todos los Santos, las flores rebosan de una forma más especial todavía.

A lo largo del día de ayer, una escalera no se separó de la sepultura de Miguel de Unamuno, ante la cual resulta imposible no pararse antes de salir del camposanto salmantino. Por si el escritor no había sido lo suficientemente reconocido por su legado literario, impregnado del espíritu de la Generación del 98, su figura se hizo todavía más presente en la capital del Tormes cuando Salamanca fue elegida como escenario para aguardar la grabación de la película 'Mientras dure la guerra', de la que el escritor y filósofo bilbaíno es protagonista. En el nicho 340 de la galería de San Antonio, 'duermen' los versos de su 'Salmo III' que siempre le acompañarán para la eternidad y que, cada 31 de diciembre -fecha de su muerte-, resuenan generando todavía más expectación.

Además de Unamuno, el cementerio San Carlos Borromeo también aguarda la tumba de Rafael Farina, la segunda más visitada. Sobre su sepultura, ubicada en el bloque 44, siempre podrán verse decenas de ramos de flores procedentes de las personas que se acercan hasta ella para dedicarle un recuerdo y una oración a uno de los artistas salmantinos que mayor proyección internacional ha tenido. Su sepulcro, fabricado en granito negro, luce un tributo que se le dejó con motivo de la celebración del segundo aniversario de su fallecimiento.

En la ruta por las tumbas más ilustres que se pueden ver en Salamanca, hay que destacar las de otras personalidades como Filiberto Villalobos, Íscar Peyra o Villar y Macías o las de algunos docentes y rectores que, a lo largo de los más de 800 años de existencia de la Universidad de Salamanca, han terminado siendo enterrados en el San Carlos Borromeo -el rector Esperabé o el rector Lucena, entre otros-, las cuales se suman a panteones como el de Doña Cándida Corneja, terminado a finales del siglo XIX y considerado uno de los mausoleos más importantes del cementerio.

El cementerio de Salamanca también cuenta con cruces de memoria y olvido. El San Carlos Borromeo también tiene un memorial de recuerdo a los represalidos por el franquismo. Está situado a la izquierda del camposanto y consta de una serie de placas de mármol con el nombre de cientos de personas que fueron ejecutadas en la ciudad del Tormes, de un monolito con la inscripción 'En memoria de las víctimas del franquismo. En homenaje a sus familias. Por la libertad' y de una impactante estatua en recuerdo de todos ellos.

Las personas fallecidas en Salamanca por la irrupción del coronavirus también cuentan con un monumento que les rinde homenaje en el cementerio San Carlos Borromeo. A las afueras del mismo, se puede ver una placa en recuerdo de los fallecidos, la cual fue inaugurada en el mes de julio de 2020 con una ofrenda floral.

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