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Lunes, 26 de diciembre 2022, 12:31
Aunque todas ellas afirman que en el refugio de Proyecto Hombre se sienten protegidas y están contentas, la decisión que tomaron estas mujeres de escapar de su país no fue algo premeditado.
Este es el caso de Olha, Katerina, Olena, y muchas más ucranianas ... , que, este año, tendrán que celebrar las Navidades lejos de su hogar y de sus seres queridos. A pesar de sus circunstancias, las jóvenes se muestran positivas y entusiasmadas por poder unirse entre todas y festejar estas fechas en el refugio, a su manera.
Y es que para ellas, los días verdaderamente importantes son el 6 y el 7 de enero, puesto que la mayoría de ellas son cristianas ortodoxas. El sexto día de cada año, las familias se reúnen en torno a la mesa, y comen nada menos que 12 platos diferentes. Aunque Olha reconocía que “la cantidad de comida era menor que en España, todas las familias deben preparar y degustar la docena de platos que se presentan en la mesa, acompañados de bebidas como el vino o el vodka”.
Menciona comidas típicas como un tipo de ensaladilla rusa, a su estilo, o lengua de cerdo con gelatina, pero hace especial hincapié en el plato estrella dentro de las familias ucranianas: el kutia. Se trata de un preparado que se compone de arroz con nueces, pasas y miel. Las chicas ya tienen planeado cocinarlo para el día 6, fecha en la que también se reciben los regalos de San Nicolás, que se colocan debajo del árbol.
También es tradición cantar villancicos de su tierra con la familia. Una canción navideña muy célebre en estos días, es además conocida por aparecer en una de las películas de ‘Solo en casa’.
Olha declaraba que “en Ucrania, desde hace cinco años, el 24 de diciembre ha comenzado a festejarse, sobre todo de la mano de aquellos que siguen el catolicismo”. Otra fecha que sí que se celebra en Ucrania es el 31 de diciembre, la Nochevieja aquí, y el Fin de Año allí. Un día en el que después de cenar con cada familia, la tradición llama a que los núcleos familiares salgan a las calles a dar un paseo.
Lo verdaderamente sorprendente es cómo celebran lo que los españoles conocen como las ‘campanadas’. En Ucrania, nadie come las doce uvas, sino que beben doce tragos de cava, pero de una manera curiosa. Antes de la medianoche, los ucranianos ya deben haber preparado un papel donde escriben sus deseos para el año nuevo. Una vez escritos, los queman y depositan las cenizas en su copa de cava, copa que después beberán en forma de doce sorbos.
Es una tradición a la que dan un sentido más espiritual y profundo, pues al quemar los deseos e ingerirlos, estos permanecen dentro de ellos mismos, no permitiendo que escapen y puedan olvidarse.
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