Salida atestada en La Purísima para vibrar con el Despojado

Ángel Benito

Salamanca

Domingo, 13 de abril 2025, 18:07

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«Contigo aprendí que el empuje y el pundonor todo lo pueden, y así, unos fervientes fieles no cejaron hasta darte la compañía de María Santísima de la Caridad y el Consuelo». Así se dirigía el pregonero de la Semana Santa, Julio López, a Jesús Despojado en el Liceo. Ayer volvió a tenerlo frente a frente para dar la primera llamada en la calle. El capataz recordó el apoyo antes de ofrecer el martillo para recordar un camino no exento de obstáculos a los costaleros más jóvenes. Pablo Martín se estrenaba de hermano mayor.

Toda esta escena era observada con paciencia por cientos de personas que abarrotaban la plaza de las Agustinas y el inicio de la calle Ramón y Cajal en una de las procesiones que más público congrega de Salamanca. Desde al menos tres horas antes había gente esperando junto a las vallas, así como en unas escaleras de la Clerecía a rebosar. La procesión se abrió con una nueva cruz de guía, en fase inicial aún seguida de cientos de nazarenos acompañando a Jesús Despojado que avanzó desde el interior de la iglesia con los sones de 'Pescador de Hombres' hasta pararse en el dintel para la llamada del pregonero. Ahí se quedó hasta que sonó el Himno Nacional interpretado por La Expiración e irrumpió Jesús Despojado con un estilismo diferente al de los últimos años: vestido de blanco frente al púrpura del pregón o de la Semana Santa pasada y con uno de sus brazos descubierto dejando al aire las huellas de la Pasión. El giro que realiza la imagen en apenas centímetros de la pared de Monterrey con la marcha 'Y Jesús fue Despojado' sigue siendo una proeza digna de ver.

Más de 70 nazarenos precedieron la salida de la Virgen de la Caridad y Consuelo bajo su extraordinario palio. Los aplausos se hicieron eternos y colapsaron en algunos momentos los acordes de 'El sueño azul' interpretado por la Banda de Alba de Tormes mientras el Hijo enfilaba Compañía y el Cristo del Perdón acababa de descender hacia la plaza Colón y dejar vía libre a la entrada hacia Catedral. Habría que esperar a pasadas las nueve de la noche para ver como se encontraban Despojado y Flagelado, obras de arte indiscutibles.