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Hay bromas que por muy inocentes que parezcan pueden salir caras. Es lo que le ocurrió al inquilino de un tercer piso del a calle Albuera de la capital, por tirar globos de agua a la vía pública.
Tras ser avisados por los vecinos, los agentes de la Policía Local se personaron en la zona y localizaron el piso de procedencia de las bolas de agua.
Cuando la policía habló con los supuestos implicados, uno de ellos reconoció ser el autor de los hechos y confesó que «era una broma».
Al final la chiquillada le saldrá cara, ya que ahora tiene que afrontar una propuesta de sanción de 750 euros.
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