
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La Sala de Exposiciones del Centro Internacional del Español contará hasta el próximo 28 de marzo con la exposición 'La música hecha pedazos. Arte sonoro bajo la alargada sombra de FLUXUS'.
La sugerente muestra está enmarcada dentro del I Festival Internacional de Música y Arte sonoro (Con)tempo y organizada por el Servicio de Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca y el Conservatorio Superior de Música de Castilla y León, en colaboración con el Centro Cultural Hispano Japonés de la Universidad de Salamanca y el Edificio CIE. Se podrá disfrutar de lunes a viernes, en horario de 12:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.
La muestra toma como punto de partida movimientos como el dadaísmo, el surrealismo, el arte conceptual y las figuras de Duchamp y John Cage como referentes, bajo el movimiento FLUXUS que nace informalmente en 1962. Se trata de un diálogo entre la música, las artes visuales, el arte sonoro, la poesía experimental, la acción performativa y el videoarte.
Cuenta con obras de una veintena de artistas como Wolf Vostell, Yoko Ono, Nam June Paik, Charlotte Moorman, Christian Marclay, John Cage, Annea Lockwood, Philip Corner, Alison Knowles, Joseph Beuys, La Monte Young, Milan Knizak o George Maciunas.
En concreto, la muestra estudia las «dinámicas de destrucción» como herramientas para renovar las artes y sacar a la música de su «zona de confort» y reúne piezas sobre diferentes soportes (libros, vídeos, portadas de discos, vinilos, documentos, fotografías o grabados). «Este movimiento sucede a finales de los 50 y principios de los 60. La II Guerra Mundial demostró que los adelantos tecnológicos no sirvieron para hacer un mundo mejor, sino para demolerlo. Las artes abordaron también esta caída», explicó Javier Parera, director del Servicio de Actividades Culturales. Debido a este contexto, mucho de los músicos que se sentían vinculados al movimiento FLUXUS demolían sus instrumentos al finalizar los conciertos.
Al hilo de esto, Parera destacó la vigencia de estas ideas en la actualidad. «Teniendo en cuenta el mundo que vivimos, tiene más sentido que nunca preguntarse si el arte es algo que simplemente nos da placer estético o un dispositivo de reflexión que nos tiene que obligar a que también nos preguntemos por los fundamentos de la cultura. Este es el sentido general de la mayor parte de las piezas de esta exposición», aseguró.
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