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La Consejería de Sanidad de Castilla y León ya ha estampado su firma en los documentos del convenio que va a establecer con el Gobierno de España para abrir -después de tres años de 'lucha'- la Unidad de Custodia Hospitalaria del Hospital de Salamanca, donde serán alojados los reclusos de la prisión de Topas que necesiten este tipo de asistencia.
Ese documento ya firmado ha sido devuelto a Instituciones Penitenciarias para que la secretaría general haga lo mismo -firme- y se puedan rematar las obras que hacen falta antes de introducir a presos en esa planta de hospitalización.
Es decir, cuando el convenio sea formal, el Hospital procederá a licitar las reformas que hay que llevar a cabo. Esperará a que se presenten ofertas por parte de las empresas interesadas, se adjudicará a la mejor y entonces comenzarán los trabajos.
Este módulo de presos de Topas en el Hospital tendría que haber estado listo cuando en 2021 se culminó el traslado desde el Clínico y el Virgen de la Vega al nuevo Hospital de Salamanca. Sin embargo, a día de hoy es parte de una planta de ingreso que está diáfana porque el Gobierno ha mantenido un tiro y afloja en el que, primero, dio el visto bueno a los planos, después dijo que le parecía demasiado grande que era necesario rediseñar los planos para reducir el número de habitaciones y, en tercer lugar, alegó que no le correspondía a Instituciones Penitenciarias asumir los gastos lógicos de convertir una zona de hospital en una zona de ingreso hospitalario.
Hasta el pasado martes -30 de abril- no llegó la confirmación, por parte del departamento que dirige Grande-Marlaska, de que estaban de acuerdo con los planos definitivos y que, además, asumían que tienen la obligación de acometer la reforma, como han hecho en el resto de hospitales de España.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias abonará los 266.824 euros necesarios para la adaptación y dotación de elementos de seguridad de esta unidad de custodia. No solo eso, sino que también se comprometen al mantenimiento, reparación y eventual sustitución de los elementos de seguridad necesarios.
Los trabajos que se van a acometer en los próximos meses consisten en instalar unas puertas especiales más resistentes y seguras que las de una habitación de hospital cualquiera.
Es imprescindible también un refuerzo de los tabiques de habitaciones y baños. El Hospital utiliza paredes con una composición simular al pladur, pero en el área de presos habría que invertir cerca de 100.000 euros para dotar de más consistencia a estos tabiques. Las ventanas deben contar con rejas para evitar huidas y también es imprescindible la instalación de videovigilancia en las habitaciones y pasillos, además de unos 4.500 euros para cajas fuertes en las que guardar las armas y las municiones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. La obra se completa con rastrillos, o enrejados para las puertas, gestión de residuos y otras acciones de seguridad y salud.
La apertura -a la que aún le faltan meses- pondrá fin a un calvario de traslados de presos desde Salamanca hasta Valladolid y Ávila, que ha dado pie a varios intentos de fuga y agresiones.
La Unidad de Custodia Hospitalaria del Complejo Asistencial de Salamanca se ubica en la quinta planta del bloque B: en el mismo nivel -pero en distintos bloques- que la hospitalización de Medicina Interna, Nefrología y Traumatología.
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