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Vecinos del barrio de Prosperidad trabajan para contribuir a la construcción del colegio. Archivo San Estanislao de Kostka
El 'milagro' del siglo en el barrio salmantino de la Prosperidad
LOS BARRIOS DEL AYER

El 'milagro' del siglo en el barrio salmantino de la Prosperidad

Surgió en 1916, llegó en la década de los 40 un padre jesuita que lideró la construcción de un colegio y una parroquia 'ladrillo a ladrillo' sin una peseta inicial y con un presupuesto de obra de ocho millones

María Regadera

Salamanca

Domingo, 4 de febrero 2024, 17:01

Los primeros núcleos poblacionales de Delicias y Prosperidad, sitos a principios del siglo XX en caminos de la periferia de la ciudad de Salamanca, surgen como barrios humildes fundados por obreros provenientes de las zonas rurales. Las primeras edificaciones en Prosperidad surgen en 1916, según datos aportados por el Museo del Comercio. Se articularon entre el Camino de las Aguas y la calle Príncipe de Vergara. El barrio creció sin control y sin criterios urbanísticos y el Camino de las Aguas se convirtió en el núcleo central.

Fotografía aérea obtenida en 1915 por los ingenieros militares del Parque de Guadalajar. FONDO FOTOGRÁFICO BIBLIOTECA TEMAS SALMANTINOS / DIPUTACIÓN DE SALAMANCA

En 1922, se censaron 250 vecinos en el barrio: «Las casas eran de planta baja junto a pequeños corrales para el ganado y los animales campaban a sus anchas. Las calles eran totalmente anárquicas y los vecinos construían las edificaciones por las noches en terrenos que eran teóricamente públicos», afirma Sigifredo García, docente y exdirector del colegio San Estanislao de Kostka.  

Delicias, que fue más tardío, se desarrolló en torno a un depósito de aguas elevado que supuso una revolución en 1914.

La Compañía de Jesús

El edificio del Noviciado de la Compañía de Jesús se construyó en el año 1923 y fue inaugurado el 10 de octubre de 1926. Los Jesuitas fueron perseguidos y expulsados de la ciudad en el 1932, en plena Guerra Civil, y muchos de ellos se refugiaron en Bélgica. El Noviciado se convirtió entonces en un Hospital de sangre hasta 1939, año en el que los jesuitas regresaron tras la anulación del decreto de expulsión de la República.

El primer proceso de 'alfabetización' del barrio se llevó a cabo en el año 1944. Se realizó en una casa de la calle Príncipe de Vergara denominada 'Nacarina'. Era propiedad del canónigo Nácar que residía en el Obispado. Aquellos jesuitas que estaban destinados en Salamanca, enseñaron a leer y a escribir a los obreros del barrio en este edificio. Aún así, la Prosperidad seguía careciendo de servicios tan imprescindibles como un colegio para la infancia.

El Padre Basabe trae la esperanza

Enrique Basabe fue un jesuita santanderino destinado en Salamanca. Según sus memorias, a partir de los años 40, y obedeciendo a sus superiores, comenzó su misión en el barrio de Pizarrales junto al padre Flores. «El jesuita venía andando desde Pizarrales y, cuando llegaba a la Prosperidad, sentía la miseria en la que se encontraba este barrio. Veía a niños descalzos que hacían solo una comida y que no sabían ni leer ni escribir. Fue descubriendo esa necesidad y eso caló hondo en él», explica Sigifredo a este periódico.

Enrique Basabe trabajó junto al párroco de la iglesia de Pizarrales durante catorce años, de 1940 a 1954. Consiguieron la ayuda de otras organizaciones de caridad y mitigaron los efectos de la miseria. «Íbamos a las casas de los enfermos y vivían en chozas con sacos como techo, sin ventanas y sin puertas. Una madre lamentaba que todos sus hijos habían padecido de pulmonía», explica el jesuita en sus memorias.

Con la misión avanzada en el barrio de Pizarrales, su próximo objetivo estaba claro: conseguir un colegio para Prosperidad.

Archivo San Estanislao de Kostka.

Un ambicioso 'milagro'

El jesuita comienza a ser más consciente de los grandes problemas de educación y desarrollo social de los vecinos de Prosperidad. A partir de los años 50, decide dar los primeros pasos para conseguir un centro educativo y de apoyo social para los niños y jóvenes del barrio.

Enrique Basabe tenía muy buena relación con el arquitecto salmantino Fernando Población y decidió pedirle consejo sobre la obra. Al poco tiempo, diseñó los planos y el proyecto de forma desinteresada. Asimismo, le hizo saber que el presupuesto inicial ascendía a 8 millones y Basabe no contaba con una sola peseta: «Don Fernando hizo los planos con el mismo interés y cariño que los pudiera hacer para un palacio real», explica en sus memorias.

Patio y parroquia. Archivo San Estanislao de Kostka

Posteriormente, el jesuita se citó con un director de banco y un contratista de obra, pero ambos lo disuadieron al conocer que no contaba con ningún recuso económico. En ese momento, solo contaba con un solar cedido por el Noviciado de cuatro mil m2.

La incredulidad ante 'el milagro' estaba servida: «¿Pero usted cree que una obra de ocho millones la va a hacer ladrillo a ladrillo?, antes se morirá cien veces...», llegaron a decir al Padre Basabe según explica en su publicación. Aún así, su proyecto y gran aventura solo estaba a punto de comenzar.

La historia del 'ladrillo a ladrillo'

El Padre Basabe se mantiene firme. El día 19 de marzo de 1952, día de San José, anunció la construcción del colegio a los salmantinos por los micrófonos de Radio Salamanca: «Se está empezando un edificio bajo la protección de San José, sin recursos económicos. Su presupuesto será de seis millones. Ahora es Dios el que tiene que hacer este milagro y vosotros con él, con vuestros ladrillos». Culminó su intervención con las siguientes palabras: «Ya que no hay una persona que pueda dar un millón, que haya un millón de personas que puedan dar una peseta cada una».

El solar en el que se construyó el centro educativo y la parroquia. Se puede ver el Paseo San Antonio y Príncipe de Vergara. Archivo San Estanislao de Kostka

El proceso fue tedioso para el jesuita y no faltaron los obstáculos en el camino. Según los datos aportados en sus memorias, él mismo elaboró tarjetas para favorecer la colaboración de los vecinos: un ladrillo de arcilla -un real-, un ladrillo de plata -cinco mil pesetas- y un ladrillo de oro -veinticinco mil pesetas-. También se incorporaron huchas en los negocios del barrio y las Hijas de María del recorrían las casas en plena campaña de recaudación: «En algunas ocasiones, estas mujeres se bajaban a otros barrios del centro de la ciudad», explica Sigifredo. Los vecinos de Prosperidad se volcaron completamente en la recaudación, pero no era suficiente. El jesuita tenía que contar con medio millón para comenzar.

Proyecto. Archivo San Estanislao de Kostka

Basabe vio la luz con las primeras donaciones cuantiosas de particulares. La primera llegó el día de la Lotería de Navidad: «Recibí cincuenta mil pesetas de Leandro Cascón, el hermano de un jesuita que estaba en el Noviciado. Fue la lotería del cielo», explica en sus memorias. A esta se sumaron muchas otras como las de Mariano Galán Blanco, que sin explicación alguna, llegaban en los momentos de mayor incertidumbre económica.

«Ya que no hay una persona que pueda dar un millón, que haya un millón de personas que puedan dar una peseta cada una»

ENRIQUE BASABE

Padre jesuita fundador de 'El Milagro de San José'

El proyecto es una realidad

Según los datos aportados por el actual centro educativo, en 1953 nació el Patronato Escolar de San José. En junio de 1954 tendría seis aulas con seis maestros de primera enseñanza y pasó a denominarse Grupo Escolar San Estanislao de Kostka. El edificio fue creciendo con la aportación popular y el esfuerzo de vecinos del barrio que donaban sus ladrillos o echaban peonadas. En 1959, va creciendo por la calle Príncipe de Vergara hasta tener 12 aulas y 518 alumnos. Sigue ampliándose hasta 1961, con 16 aulas. El solar albergará durante las siguientes décadas un colegio, un comedor social, un ropero, y un periódico escolar. A su lado, nacerá la parroquia del Milagro de San José, en mayo de 1968.

Todas las instalaciones construidas en los años 50 funcionaron como centro educativo hasta el curso 2007-2008, ya que al siguiente el colegio se trasladó al bloque actual de la calle Príncipe de Vergara, que fue levantado en los años 70 como residencia de estudiantes. A día de hoy, las instalaciones del colegio albergan una residencia de mayores.

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