Frame de la película 'Wolgang'.

Miki Esparbé, el desastroso padre de un niño prodigio en 'Wolfgang'

Esta mezcla de melodrama y comedia tierna, dirigida por Javier Ruiz Caldera, trata temas espinosos como el autismo y el duelo. Con Berto Romero y Anna Castillo

La Gaceta

Viernes, 14 de marzo 2025, 17:28

Después del éxito reciente de El 47, Casa en llamas y La infiltrada, el buen año de cine español continúa con Wolfgang. Una cinta que promete mucho: para empezar, se basa en un fenómeno literario de 2016 de Laia Aguilar (Barcelona 1976), con más de 20.000 ejemplares vendidos y 13 ediciones publicadas. La autora, especialista en novelas juveniles y ganadora de premios como el Atrapallibres y el Josep Pla, forma parte a su vez del equipo de guionistas del filme. Detrás de la cámara se encuentra uno de los directores más exitosos de nuestro país, Javier Ruiz Caldera. Responsable de taquillazos como 3 bodas de más, Anacleto o Superlópez, en esta ocasión deja de lado la comedia pura y se acerca al melodrama familiar. Porque Wolfgang aborda asuntos tan complejos como el duelo, el trastorno del espectro autista, la dificultad para entenderse, la obsesión con ser perfectos. Eso sí, se ve siempre con una sonrisa y deja un mensaje constructivo y muy humano; de ahí que la comparen con otras feel good movies para todos los públicos como Intocable. Ese complicado equilibrio entre humor, seriedad y ternura es mérito también de sus protagonistas, un memorable Miki Esparbé (Una vida no tan simple) y el pequeño Jordi Catalán, que debuta en cine en un papel al que se presentaron 700 candidatos. Completan el reparto Anna Castillo, Berto Romero y Carlos Cuevas, que aportan alivio cómico. Wolfgang se estrena este fin de semana en Van Dyck y Van Dyck Tormes.

Publicidad

En la trama, Esparbé interpreta a un actor muy desorganizado que salta de casting en casting a la espera de que algún día suene la flauta. Pero de la noche a la mañana le toca hacerse cargo de su hijo (Jordi Catalán), al que nunca ha visto. Tiene diez años y lo ha criado su madre, que acaba de morir repentinamente y, como última voluntad, pidió que fuese él su nuevo tutor legal. Se llama Wolfgang en honor a Amadeus, porque ella era pianista, y de hecho sigue sus pasos: es un niño prodigio, amante de la música clásica, con un cociente intelectual de 152 y, también, trastorno del espectro autista. Un niño extraordinario (de hecho, ese adjetivo es el subtítulo de la novela original). Obsesionado con el orden, ahora se ve obligado a convivir con su padre, cuyo caos le saca de quicio. Sin embargo, ambos se necesitan, y no les quedará otra que aprender a entenderse. Esta es la historia de cómo van creciendo juntos, acercando posiciones y ayudándose… sobre todo cuando Wolfgang decide viajar a París al concurso que da acceso a una academia de elite. Todas estas situaciones permiten que Esparbé y Catalán demuestren su química y timing cómico, y que Caldera deje constancia de su veteranía tras la cámara, siempre elegante y en su sitio.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad