Menos gente en el tradicional besapiés del Rescatado sin restricciones

Tres años más tarde, sin restricciones, sin límites de aforo y sin mascarillas, la Iglesia de San Pablo recuperó este viernes, con total normalidad, la tradición del besapiés más deseado después de tres años ‘conviviendo’ con la pandemia. El pasado jueves, la parroquia ya abrió sus puertas para acoger a los fieles con problemas de movilidad y, el viernes, varias personas se acercaron hasta ella para volver a besar los pies de Jesús Rescatado.

Este año, los feligreses han podido hacerlo como antes, ya que, por cada beso que recibieron los pies de Cristo, se aplicó antiséptico en un pañuelo y se llevó a cabo la pertinente limpieza de la funda protectora que se colocó sobre la imagen de devoción para que se volviera a llevar a cabo el mayor acto de veneración celebrado en Cuaresma con total serenidad.

“En estos tres últimos años, no hemos venido, pero hoy nos hemos quedado disgustadas porque esperábamos que hubiese más gente. No ha habido tanta cola como la que hacía yo de pequeña, que empezaba en la Plaza Mayor”, afirmaban Natividad Sánchez y Carmen Lucas, que decidieron retomar esta rutina juntas.

Pese a ello, gente como Andrés Grande, animó a todos los fieles a acudir a la parroquia, destacando la buena organización: “Lo que más importa es que la gente que es devota siga animándose a venir. Las familias que lo vivimos por tradición y por fe no podemos faltar a esta cita”.

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