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La calle Zamora, antes y después de su peatonalización ARCHIVO
Medio siglo de calles sin tráfico en Salamanca

Medio siglo de calles sin tráfico en Salamanca

A principios de la década de los 70 empezó a restringirse la circulación en la Plaza | Actualmente hay más de doscientas las calles con al menos un tramo cerrado al tráfico

Martes, 3 de mayo 2022, 22:15

Siete meses de plazo tiene Salamanca para contar con una zona de bajas emisiones (ZBE). Es la obligación que establece para las ciudades de más de 50.000 habitantes, conforme a un real decreto del Gobierno de España que actualmente se encuentra en fase de exposición pública.

Será un área con “prohibiciones o restricciones de acceso, circulación y aparcamiento de vehículos según su potencial contaminante”, reguladas a través de una futura ordenanza. Ante esta obligación estatal, el Ayuntamiento ha optado por que los límites de la futura ZBE —que debe estar operativa antes de 2023, aunque las obras vinculadas a su creación pueden extenderse un año más— se correspondan con la primera vía de ronda —delimitada por San Vicente, Carmelitas, Mirat, Gran Vía y Rector Esperabé—. En definitiva, una zona que ya es eminentemente peatonal y en la que la circulación ya está restringida en la mayoría de las calles a residentes, emergencias, carga y descarga y transporte público.

La implantación de la ZBE que el Consistorio de Salamanca, como otros muchos de toda España, no tiene más remedio que acometer vuelve a despertar los temores de los conductores. ¿Podrán efectuarse operaciones de carga y descarga? ¿Podrán acceder a sus garajes con un vehículo que no sea ECO? ¿Podrán los padres seguir llevando a sus hijos hasta el colegio en coche?

Aunque reconoce que se aumentarán las restricciones de circulación en el centro, el alcalde, Carlos García Carbayo, ya ha hecho una llamada a la tranquilidad. “Los residentes tendrán las mayores facilidades, también los vehículos de seguridad, emergencia, las furgonetas de reparaciones urgentes en servicios domiciliarios,...”, aseguró en marzo. Aún así, vuelven a surgir los temores que durante medio siglo han acompañado a cada una de las peatonalizaciones de la ciudad, que hoy se cuentan por decenas.

Dos años duró la primera y más importante de las peatonalizaciones de Salamanca, la de la Plaza Mayor. A finales de 1971, con Pablo Beltrán de Heredia en la Alcaldía, los autobuses dejaron de circular por el ágora. Doce meses después se restringió la circulación a acceder por el arco de San Pablo y salir por Toro. Y el cierre total llegó días antes de 1974.

A través de otro bando, del 15 de diciembre de 1989, con Fernando Fernández de Trocóniz en la Alcaldía, la calle La Rúa, junto con Doctrinos, Meléndez, Sánchez Barbero, Felipe Espino, Pan y Carbón, Jesús y plaza de San Benito pasó a ser peatonal.

Más conflictivo fue el paso para expulsar el tráfico de las calles Toro y Zamora. Con una fuerte oposición comercial, en 1994 Jesús Málaga inició las obras en ambas vías para cerrarlas a la circulación. En 1996 el Ayuntamiento reconocía dieciocho calles cerradas al tráfico. Entre ellas, Bordadores, Brocense, Compañía, Concejo, Espoz y Mina, Isabeles, José Jáuregui o Sol Oriente. Un documento similar del Ayuntamiento aumentaba en 2015 la cifra de tramos peatonales de calles a 205. De ellos, 105 en el centro.

Ahora, otra treintena de calles dirán adiós al tráfico.

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