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Entre las calles con problemas de adherencia de la ciudad se incluía la calle Tentenecio, una vía emblemática por la que transitan buena parte de los turistas que llegan a la ciudad y por la que en poco más de un mes procesionarán 1.100 cofrades de las Hermandades del Amor y la Paz y El Huerto de los Olivos. Al hecho de que las baldosas de granito presentaran una resbalabilidad muy elevada se une la importante inclinación de la histórica calle. Por eso Tentenecio se ha incluido dentro del programa de actuaciones para evitar resbalones, aunque en este caso se ha adoptado una solución «ad hoc».
En vez de sustituir las losas por otras de un material más adherente, se ha optado por tallarlas, abujardándolas para generar rugosidad en el pavimento. De este modo se reduce la resistencia a la resbalabilidad, como se define en el argot, que según la normativa debe ser superior al índice de 45. Se trata de un estándar que actualmente deben cumplir las nuevas baldosas y que las que se colocaron en los años 70 pueden no cumplir. Se suma, según se ha explicado en la Comisión de Fomento, que con el uso a lo largo de los años la adherencia se reduce.
«La mejora de la pisada es importante para nosotros porque facilita el tránsito durante la procesión en una vía tan representativa para nuestro recorrido que avanza desde la Iglesia Nueva del Arrabal hacia la Catedral de Salamanca por Tentenecio», señala el presidente de la Hermandad del Amor y de la Paz, Manuel González. «Es cierto que el paso que llevamos es tan sumamente lento que no da tiempo a resbalar, pero la mejora del piso sin duda no solo será un avance para nosotros, también para todas las personas de la ciudad y para el turismo». La procesión de su Hermandad avanza por este punto con cerca de 750 cofrades y músicos de bandas que les acompañan, a las que se suman los 350 integrantes que procesional con «El Huerto de los Olivos».
El plan «anti resbalones» del Ayuntamiento comenzó a finales de febrero con la sustitución de las baldosas negras de la calle Azafranal, entre la plaza de Santa Eulalia y El Liceo. Las losetas se han cambiado por placas que, además de anti deslizantes, también son drenantes, una capacidad que le permite filtrar el agua de lluvia al subsuelo.
Como las anteriores, también son negras, lo que permitirá mantener el mosaico actual. Los operarios abordarán después la sustitución del siguiente tramo de losetas negras, para cambiar más adelante las de la calle Toro, según lo previsto. La puesta en marcha de este plan se debe a que el pasado mes de enero el Ayuntamiento de Salamanca tuvo que indemnizar con 38.000 euros a una mujer que acabó con la rodilla izquierda rota al resbalarse con este pavimento a la altura del número 13 de la calle Azafranal.
La caída se produjo cuando la demandante pisó la franja negra del suelo, un pavimento del tipo piedra caliza marmórea instalada en el año 1994. La mujer, originaria de Valladolid, se fracturó la rodilla, lo que le obligó a permanecer de baja laboral desde el 29 de septiembre de 2022 hasta el 13 de mayo de 2023, con los consiguientes perjuicios personales para la realización de sus tareas diarias derivadas de las lesiones y secuelas de la paciente. El Ayuntamiento entonces encargó un informe para determinar la «resbalabilidad» y la «fricción» en las baldosas. Según las conclusiones del estudio elaborado por el área municipal de Ingeniería Civil, el suelo no cumplía con los índices de resbalabilidad exigidos, pues el porcentaje de resistencia al deslizamiento ha de ser superior a 45, y en este caso era de 20.
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