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Lunes, 18 de abril 2022, 20:53
María Toledo llegará el próximo 23 de abril al Teatro Liceo con su espectáculo “Encuentro”, una propuesta pensada especialmente para Salamanca.
–Sale del estudio de grabación en este momento. ¿Qué tiene entre manos?
–No me da la vida. Voy a presentar en televisión “Buscando un sueño” en Castilla-La Mancha Media, un nuevo concurso que busca el talento en el mundo de la música. Y saco una sintonía que es mía, además del single. Mi ilusión siempre ha sido ayudar a la gente que empieza y también de otras edades. Hay gente que no ha tenido su momento y yo quiero darles esa oportunidad. “Buscando un sueño” se estrena en mayo. Ya estamos con las grabaciones del concurso y las voy compaginando con conciertos. Voy como loca, pero yo prefiero eso que estar en el sofá de casa.
–Al Liceo de Salamanca trae “Encuentro”, con un repertorio más clásico que su gira de “Ranchera flamenca”.
–Cuando nos contratan para el Teatro Liceo nos dicen que les gustaría un repertorio más clásico porque Salamanca, como todo el mundo sabe, es muy flamenca. “Encuentro” es un concierto basado en cante de un corte más clásico, aunque siempre con la originalidad que aportó tocando el piano, con esas armonías más abiertas. También caerá alguna pincelada de “Ranchera flamenca” porque me lo piden. Pero es un formato de guitarra, percusión, voz y piano. En el escenario me acompañarán Curro Carrasco, guitarrista de Navajita Plateá, y Julio “el Indio”, hijo de Carmela de Las Grecas.
–Quedan ya pocas entradas disponibles para el concierto de Salamanca.
–Sería maravilloso colgar el cartel de “No hay billetes”.
–En Salamanca ha actuado en el Casino y en el CAEM, además de venir de promoción. ¿Tiene algún lugar favorito?
–A Salamanca no solo voy a cantar. Como es una tierra muy taurina en muchas ocasiones acompaño a mi marido, el torero Esaú Fernández a los tentaderos. Conozco muchas ganaderías de Salamanca y tengo muchísimos amigos. Si tengo que elegir un lugar de Salamanca, además de la Plaza Mayor, escojo el Campo Charro. A Salamanca me une el toreo, además del cante. Y si puedo cantaré en el Teatro Liceo, con todo mi respeto, algo de Rafael Farina.
–Ha comentado que en Salamanca hay que cantar bien, que es un público entendido.
–A mí me impone. Siempre hay que dejarse el alma, pero cuando estás ante un público que sabe lo que estás cantando es importante confeccionar un buen recital y un buen repertorio. Y es lo que pretendo que ocurra el día 23 en el Liceo.
–Nació en Toledo y es manchega. Su pasión por el flamenco viene por la música que escuchaban sus padres.
–Mi padre siempre escuchaba flamenco y mi madre, copla. Nací cantaora. Mi pasión por el flamenco viene de esa constancia musical en mi casa. Y también te tiene que gustar para dedicarle tu infancia y tu adolescencia a estudiar. Es vital compaginar en los inicios de tu carrera disciplina, escuchar a los clásicos, y la vivencia de la calle. Si no tienes calle y solo tienes horas de estudio, se nota. Y también es fundamental estudiar.
–Háblenos de las vivencias de la calle.
–Yo no quería ser muy académica. Y aprendí de las cintas de la época y de la transmisión oral. Ahora se ha perdido, pero antes tú ibas al Café de Chinitas, al Villa Rosa o a Casa Patas, te encontrabas un cantaor histórico, te acercabas con una grabadora como la de los periodistas, y de vuelta a casa tenías tu escucha. Así aprendía yo y es curioso: a ver si un día recopilo y saco un disco con todas esas enseñanzas que tengo de mis vivencias.
–¿A qué edad actuó por primera vez en un escenario?
–Con 8 años. Llevo cantando y trabajando desde entonces. Me tuvieron que hacer un permiso especial, porque era menor, para salir a cantar a los pueblos.
–¿Y tocaba el piano?
–No tocaba y cantaba al mismo tiempo. Pero un buen día uní la voz y el piano a raíz de un programa de televisión de María Jiménez. Fui a aquel programa a la aventura, a ver qué pasaba, y descubrí mi sello. Y con el piano sigo formándome y aprendiendo con un profesor maravilloso que también es una referencia para mí, Pablo Rubén Maldonado.
–Ha rodado en la Catedral de Toledo “Cuando sale la luna”. ¿Fue antes o después del polémico vídeo de C. Tangana y Nathy Peluso?
–No copié. Yo grabé antes, pero no he tenido la misma repercusión. Tenía mi agenda y, casualidades de la vida, coincidimos en el tiempo en el lanzamiento del videoclip. Ha sido una casualidad, pero yo no soy polémica y en esta vida venden los polémicos, aunque yo abogo por que cada uno grabe donde le apetezca.
–¿Está vestida de novia en ese vídeo?
–Voy de blanco porque buscaba la pureza de lo angelical. Me casé en 2018 en el Monasterio de San Juan de los Reyes y me quedé con la espinita de casarme en la Catedral, que era mi sueño, pero no entrábamos con todos los invitados en la capilla, que es el único lugar donde se pueden casar las parejas. Y como tenía esa espina, grabé el vídeo en la Catedral de Toledo, con un ramo haciendo una ofrenda.
–Es licenciada en Derecho y trabajó, en prácticas, en un despacho de Toledo. ¿Alguna vez ha anhelado ser abogada?
–No, no. Ni en pintura. Aunque tengo mi equipo también hago labores de despacho porque como dice el refrán “el ojo del amo engorda el caballo”. No me imagino volviendo a un despacho, pero sí tengo que confesar que muchos de mis compañeros me mandan sus contratos para que se los revise. Y eso lo hago por amor al arte, por ayudarles, por amistad y para que también estén cuando les necesito.
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