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La actriz María Luisa Merlo.
María Luisa Merlo: «Mis padres me enseñaron a amar esta profesión y a procurar no defraudar al público»

María Luisa Merlo: «Mis padres me enseñaron a amar esta profesión y a procurar no defraudar al público»

La actriz llega este viernes al Palacio de Congresos a las 20:00 horas con la obra 'Mentiras inteligentes'

Clara Delgado

Salamanca

Jueves, 16 de enero 2025, 12:06

Una de las grandes actrices del panorama español pisará mañana el Palacio de Congresos. María Luisa Merlo regresa a Salamanca para presentar 'Mentiras inteligentes', una comedia de secretos matrimoniales. En ella se narra la historia de Alicia, quien intuye que su marido regresó preocupado después de un partido de tenis con su hijo y sospecha que algo no va como debería. Decidida a armar el rompecabezas, invita a su hijo y a su nuera, a una cena. El caos se desencadenará mientras Alicia busca la verdad y se destaparán una serie de confesiones mayores de las que nadie esperaba.

A sus 83 años, Merlo sigue disfrutando de su trabajo como al principio. Siguiendo los pasos de sus padres, Ismael Merlo y María Luisa Colomina, se ha dedicado a la interpretación desde su juventud y este viernes llega a la Sala Mayor de este espacio a las 20:00 horas para que el público salmantino pueda disfrutar de su último trabajo.

Ha actuado en varias ocasiones en la provincia salmantina. ¿Cómo se siente al volver con esta obra a Salamanca?

Estoy encantada porque Salamanca es una ciudad bellísima, en la que siempre descubro rincones y cosas maravillosas. Además, la gente y los espectadores son maravillosos también en esta ciudad.

¿Qué se va a encontrar el público que asista a ver 'Mentiras inteligentes'?

Lo que se va a encontrar el público es una alta comedia, que es lo que a mí me gusta hacer, porque se hace reír, pero no porque se hagan tonterías, sino porque la situación es cómica. Es, valga la redundancia y coincidiendo con el título de la obra, una función muy inteligente. El público sale muy contento después de verla porque se ha reído, pero no se siente como que lo han engañado, se siente que ha visto una alta comedia, que es exactamente lo que a mí y a mis hijos nos gusta hacer.

En esta obra lo que se plantea es qué necesitamos para ser felices. ¿Qué cree usted que necesita la gente para ser feliz?

Pues se trata de aceptar lo que te pasa con alegría. Yo por ejemplo en esta vida he tenido la sabiduría de aceptar lo que me llegaba. No he movido nada, me han llegado las cosas, pero sí que una vez que me llegan las muevo para bien

¿Con qué se queda del personaje al que interpreta?

Alicia es toda una matriarca de la familia a la que pertenece. Se produce un problema en su familia y ella se involucra mucho para intentar averiguar sobre este hecho e intentar arreglarlo de alguna manera. Es una luchadora.

Tiene 83 años, ¿cómo se siente al seguir trabajando y poder dedicarse a su pasión con esta edad?

Me siento muy bien de salud, yo creo que ahora es cuando mejor me siento, porque tengo unos 83 años luminosos. Yo no me planteo el futuro para nada. No me planteo el futuro, ni me lo he planteado nunca, pero yo realmente creo que con lo mucho que he luchado no creía que llegaría a los 83 años porque he luchado toda mi vida muchísimo. Ahora mismo, tengo una disciplina brutal, porque no se me ha ido la disciplina que tenía como bailarina. En la vida en general tengo una disciplina total. Yo me muevo, hago ejercicio, hago meditación. Estoy todo el rato haciendo cosas interesantes y también me relajo. Me cuido mucho ahora, cosa que no podía hacer cuando era joven y me dedicaba a esto. Tenía tanto trabajo y tantos hijos que no podía cuidarme. Y ahora me estoy cuidando mucho más, que hace que siga disfrutando tanto mi trabajo.

Como hija de actores, ¿qué le enseñaron sus padres del mundo de la interpretación?

Mis padres me enseñaron a amar esta profesión y a procurar no defraudar al público con lo que hago. De mis hijos, que también son actores, también he aprendido todo porque son muy espectaculares. Digamos que durante la elaboración de sus personajes, cuando los están ensayando, es cuando más me divierten porque están muy muy implicados con el trabajo que hacen.

¿Siempre había pensado en seguir los pasos de sus padres?

Yo empecé como bailarina y poco a poco fui dejando el baile porque me iban llamando para hacer cosas relacionadas con la interpretación. En aquel momento, mi padre no quería que dejase el baile. Me dijo que iba a dejar y a abandonar un idioma universal, que era el baile, para dedicarme a una cosa con la que iría de Irún a Algeciras y de Algeciras a Irún. A pesar de todo, después empecé en Roma haciendo películas, he recorrido América entera y he llegado hasta hoy, que no he dejado de trabajar de esto.

¿Qué consejo le daría a aquellos jóvenes que están comenzando en el mundo de la interpretación?

Que lo hagan con mucho amor porque es una profesión cansada. Si lo haces con amor, este trabajo no te cansa. Le diría que disfruten, que no hagan nada que no les haga disfrutar.

Después de tantos años en el mundo del teatro y de la interpretación, ¿qué ve que haya cambiado de sus inicios en el teatro hasta ahora?

Es un mundo que ha cambiado para mejor, porque antes era una paliza tremenda lo de tener dos funciones diarias sin tener descanso. Eran vidas sin descanso y era algo tremendo. Ahora somos personas, se ha humanizado más el trabajo. Además, ahora también hay muchos talentos de gente joven que tienen mucho que ofrecer.

¿Con qué referente se queda de esta profesión?

Tengo muchísimos, pero porque además voy mucho a Londres, donde también veo mucho teatro, pero los actores españoles somos estupendas todos. No te puedo decir nada de un referente en concreto pero sí que destacaría a mi padre, Ismael Merlo, por cómo elaboraba los personajes.

¿Con qué se queda de su larga trayectoria?

No sabría elegir. Cuando estás con algún trabajo, siempre piensas que es el último porque estás volcada en lo que estás haciendo. Llevo cuatro años haciendo 'Mentiras inteligentes'. Y entre los muchos compañeros maravillosos que tengo que son Jesús Cisneros, que es mi hijo adoptivo porque ya llevo con él siete años trabajando, con Jesús Valverde, Ana Escribano. Están todos espléndidos en la función y es un placer poder trabajar con ellos.

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