Marea se desboca en Salamanca

Quien espere una crónica en la que figure el 'set list' de Marea en Salamanca puede ir a otro lugar. El concierto ofrecido por el quinteto navarro fue un torrente de sensaciones. No solo aportadas por el carácter de un Kutxi Romero, que, a pesar de su voz desgastada en comparación con su último concierto de hace cuatro años en la ciudad, lo dio todo sobre el escenario. Fue también la carne de gallina de Manolo Chinato recitando sus poemas con los ojos vidriosos, mientras que el vocalista de Marea confesaba que había provocado que se activara su lagrimal. No fueron las únicas.

Los Marea son sinceros y lo mostraron desde el inicio del concierto. Conscientes de la calidad de sus nuevos discos, también lo son que sus 'hits' son insuperables. De ahí, la realidad extrema: "Si no sabéis la letra, cantad por encima que todo es Los Marea". Unos caballos desbocados, en alusión a su último disco 'Los potros del tiempo', se mostraban sobre las pantallas tras el preludio que protagonizó 'Bocanada', con Martín Romero, hermano de Kutxi, que volvería a hacer su aparición en el escenario como voz imprescindible en 'Como los trileros'. No había ni grada, ni pista. Todos estaban en pie cuando empezaron a sonar los acordes de 'Otra cicatriz'. Hubo que esperar para 'Mierda y cuchara' para que el público diera su primer gran salto en un concierto con 26 canciones y casi 2 horas y media. Inimaginable en el panorama musical hoy en día.

Hubo cruce de generaciones. No solo sobre la pista. Aaron Romero, hijo de Kutxi, con idéntica voz rota acompasó a su padre durante 'Corazón de mimbre'. También para el recuerdo. En el momento en el que Boni, el mítico guitarrista de Barricada fallecido hace dos años, fue protagonista en las pantallas, pero también a través de la guitarra que tocaba Kolibrí, la misma que acariciaba el histórico músico. Fue con 'El trompo', la canción que escribió Kutxi Romero para Barricada y que fue el mejor homenaje de la banda de Berriozar.

Todo lo demás se perdió en el tiempo. El concierto se fue caldeando hacia un final conocido en el que se coló 'Esta puta soledad' entre ya verdaderos himnos como 'En tu agujero' o 'La luna me sabe a poco'. Fue en 'El perro verde' cuando Kutxi quiso hacer el último guiño a sus incondicionales acercándose a las primeras filas y colocando el micrófono para que aquellos que habían madrugado para coger los primeros puestos, también tuvieran su recompensa. El final fue 'Marea'. Se apagaron las luces y el rock, por una noche, siguió vivo en Salamanca.

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