A pesar de que la palabra certeza a los 23 años suele tener más de fe que de realidad, Mame sabía que tenía que abandonar Senegal. La situación política, económica y social del país le había empujado a salir, a pesar de que ... en el horizonte estuviesen cientos de millas de mar abierto que separaban el país de Dakar de España. Hasta ahora sigue siendo la decisión más difícil que ha tomado. «No podía estar más en Senegal y necesitaba un futuro mejor aunque fuera muy difícil dejar a todos los mios», detalla.
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Su embarcación llegó hasta las costas canarias hace ahora dos años en una proeza si se tiene en cuenta la cantidad de naufragios que se producen cada día ante las playas españolas. El éxodo inmigrante que se repite en la actualidad está volviendo a recuperar todas las imágenes de Canarias. Mientras que en 2022 alcanzaron el Archipiélago 398 personas de esta nacionalidad, desde enero hasta el 29 de agosto de 2023 han accedido a las Islas 2.476 senegaleses, un número que ya es seis veces mayor que el registrado durante todo el año pasado. En la provincia residen 300 senegaleses, una cifra que se ha ido incrementando en los últimos años debido a los conflictos políticos en este país.
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Alcanzar España solo era el primero de sus retos. El objetivo era crecer y madurar hasta poder hacerse un hueco en el mercado laboral. «Lo primero que hice fue apuntarme a clases de español junto a Cruz Roja», recuerda Mame que fue derivada a los recursos de la organización humanitaria desde el archipiélago hasta Salamanca. Se daban los primeros pasos. La tarea no era sencilla y de hecho continúa su aprendizaje. Al mismo tiempo comenzó a hacer un curso de camarera de restaurante en Cruz Roja siguiendo los consejos de los orientadores de empleo sobre una de las profesionales que tienen más salidas laborales en la provincia. «No lo había hecho nunca», reconoce sobre una formación que sobre todo fue «práctica» y que le ayudó a mejorar su integración en sus primeros años en Salamanca. Solo en el primer semestre el personal del área de empleo de Cruz Roja atendió a 600 personas con el objetivo de promover la igualdad de oportunidades y que las personas en situación de desempleo pudiesen acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones.
En su primer año en la ciudad, Mame consiguió su primer empleo. «No pudo ser de camarera porque todavía no me desenvuelvo muy bien con el español. Pero estoy muy contenta de cocinera porque además se me da bien», bromea.
Reconoce que el trabajo no le permite continuar perfeccionando su castellano, aunque espera que la rutina diaria vaya haciendo que mejore por el trato de sus compañeros. El mantenimiento de un empleo durante un año además le ha permitido conseguir «estabilidad» y un contrato duradero para lograr la ansiada tranquilidad.
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