Malestar vecinal por el ruido constante de madrugada en San José y Buenos Aires

“Hay que cuidar el parque y no se puede quemar o dañar por un mal uso en las noches de verano. Tampoco se puede utilizar para molestar a los vecinos a las dos de la mañana con el ruido que provocan los columpios y la tirolina. Los jóvenes tienen que pensar en sus vecinos, y no solo en su entretenimiento personal, para generar una buena convivencia en el barrio”, reconocen varias vecinas residentes en San José, que se niegan a desvelar su identidad por miedo a las represalias del vecindario.

El grupo de mujeres pide ayuda al Ayuntamiento de Salamanca que los jóvenes no usen de madrugada los aparatos infantiles instalados en el parque situado en la Calle Maestro Argenta. “La Policía Local pasa muchas veces para intentar poner un poco de sentido por las calles, pero no pueden estar aquí toda la noche”, lamentan. Las vecinas solicitan medidas para intentar acabar con la problemática.

Este mismo suceso ocurrió en el Parque de Garrido en años anteriores y el Ayuntamiento procedió a la colocación de carteles informativos con el horario máximo del funcionamiento o utilización de los elementos infantiles.

Buenos Aires también padece “insomnio vecinal” por el ruido que provocan ciertos vecinos cuando llega la noche. “A partir de las once de la noche, empieza a salir gente de sus casas y se produce un barullo constante hasta las cuatro o cinco de la mañana. No podemos dormir”, detalla Emiliano Tapia, párroco de Santa María de Nazaret en Buenos Aires.

El sacerdote manifiesta que “es lo mismo de todos los años”, pero que “ya no sirve de nada avisarles”.

• Temas
• Salamanca
• Ruidos